El deporte en su totalidad tiene muchos beneficios que inciden en lo cognitivo, salud mental y física, así como en la sociedad, por lo tanto es de allí que contribuye directamente en la formación integral del individuo que lo práctica.
El baloncesto es una de las actividades que colabora a la trancisión infante-adolecente-adultez; a través de un conjunto de normas y costumbres, que son transmitidas por la sociedad al individuo, representando la forma correcta de actuar.
A eso le llamamos Valor Social.
Amistad: Es imprescindible que busquemos ser amigo dentro y fuera de la cancha para que ese ambiente de cordialidad fluya en el juego, ya que nos expande más posibilidades de desarrollar un mejor Partido.
Responsabilidad: Debemos ser consciente de hacer todo los que nos toca el rol a cumplir en momentos determinados porque de allí será la diferencia entre ganar o perder
Lealtad: cuando integramos un equipo tenemos desde ese mismo momento demostrar sentido de pertenencia con todos los integrantes y divisa en su totalidad.
Honestidad: tener la entereza de entrega actuando con pudor a favor del equipo, ayudando tanto en la defensa como en el ataque, estando claro en mi capacidad y de mis compañeros así como sus complementos.
Tolerancia: tenemos que saber un mínimo entendimiento de la individualidad de mis compañeros para coexistir en el equipo.
Respeto: importante saber respetar los espacios dentro y fuera de la cancha, cero bullying, nada de epítetos, que humillen a mi compañero y contrarios, ya que da una armonía colectiva
Cooperación: Es de vital importancia para el equipo que entre todos construyan su forma de actuar bajo objetivos claros y concisos, tanto como en el ataque como para defenderse del contrario bajo los criterios ensayados acorde con la Filosofía de Juego.
Perseverancia: La constancia y persistencia para poder conseguir los objetivos propuestos por el equipo, sea cual sea las situaciones en que se encuentre el partido
Humildad: Tener esa cualidad es vital controlando los egos personales para poder asumir la victoria como algo merecido que pudo haber ganado el contrario; y si perdemos saber que se hizo lo posible pero que esa derrota la asimilemos como una enseñanza más para mejorar nuestro juego.
Estas son las actitudes que debemos asumir en contra los antivalores que existen, pero no podemos dejar que nos invadan cosas tales como egoísmo, intransigencia, traición, irresponsabilidad. Estos nunca debe existir dentro un equipo. Por eso el baloncesto es cuestión de integridad en su totalidad.
Por: Marshall Ollarvides