Abuelitos desafiaron barreras y el gas pimienta en las calles

Los viejitos protagonizaron varias escaramuzas con funcionarios de la PNB
Juan Barreto / AFP

La marcha de los adultos mayores convocada por la oposición no pudo conseguir su objetivo en Caracas, ya que la Policía Nacional Bolivariana se lo impidió

A paso lento, con bastón o en silla de ruedas, un numeroso grupo de abuelos venezolanos desafió este viernes las barreras y el gas pimienta de la policía en Caracas, para exigir al presidente Nicolás Maduro medicinas y un «mejor país» para sus nietos.

Convocada por la oposición, la «marcha de los abuelos», en el este de la capital y otras ciudades del país, tocó una fibra sensible, la crisis de salud, un día después de que la ministra Antonieta Caporale fuera destituida tras divulgar preocupantes cifras sobre el deterioro del sector.

«No queremos dictadura, sino una vejez digna, medicinas, comida y libertad», dijo a la AFP Lourdes Parra, de 77 años, con una bandera en la espalda y un letrero que decía: «Esta abuelita está arrecha y sigue en pie por su país».

La marcha fue bloqueada en la Avenida Libertador por agentes con escudos, lo que originó un forcejeo. Un anciano con gorro de San Nicolás les gritaba: «¡Somos abuelos, déjennos pasar. Respeten, carajo!»

Exaltados, algunos hombres y mujeres mayores lanzaron golpes e insultos. «¿Vas a golpear a tus papás? ¡Somos una pila de viejos!», gritaron algunos a los policías, que dispersaron gas pimienta para hacer retroceder a la multitud.

«No tengo medicinas»
Los manifestantes insistieron en marchar hacia la sede de la Defensoría del Pueblo, pero las protestas opositoras, que desde el 1º de abril dejan 39 muertos, no han logrado llegar a ese sector donde están el palacio de Miraflores y las sedes de los poderes públicos.

A paso lento, con bastón o en silla de ruedas, un numeroso grupo de abuelos venezolanos desafió este viernes las barreras y el gas pimienta de la policía en Caracas, para exigir al presidente Nicolás Maduro medicinas y un «mejor país» para sus nietos

«Esto es horrible, no tienen compasión ni de los viejitos», dijo a la AFP Sandra Franchi, de 65 años, quien se limpiaba de la cara con un pañuelo los restos del gas pimienta.

Con unas cajas de medicamentos vacías, Carlos Rivas, de 67 años, estaba en la primera línea de la marcha: «No tengo medicinas y la pensión no me alcanza para nada», señaló a la AFP.

Según la Federación Médica Venezolana, los hospitales están funcionando con apenas 3 % de los medicamentos e insumos requeridos, mientras la Federación Farmacéutica sostiene que la escasez de medicinas llega a 85 %.

El reporte que antecedió la salida de la ministra de Salud reveló esta semana que la mortalidad infantil aumentó 30,12 % en 2016 y la materna un 65 %, mientras repuntan enfermedades como la malaria.

Un país libre
En silla de ruedas, José Dacre, de 64 años, dijo haber ido a la la protesta porque tiene la obligación de «dejar a los muchachos un país libre».

El gas pimienta afectó a varios viejitos

En choques cada vez más frontales, los antimotines suelen lanzar bombas lacrimógenas y chorros de agua a presión, a los que jóvenes manifestantes, encapuchados y con escudos de madera y metal, responden con piedras, cócteles molotov, bombas de pintura y hasta de excrementos.

Desde que estallaron las protestas para exigir la salida de Maduro -elegido hasta 2019-, los disturbios dejan además centenares de heridos y detenidos, de los cuales 155 fueron enviados a prisión por orden de tribunales militares, según la ONG Foro Penal.

Las protestas exigen elecciones generales y rechazan una Asamblea Constituyente que convocó Maduro el 1º de mayo.

La oposición convocó para el sábado a caravanas de vehículos, bicicletas, motos y hasta a caballos en todo el país, y el domingo a una marcha con motivo del Día de la Madre.

María Isabel Sánchez / AFP

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