Derecho justo: Beligerancia

“Haz  lo  que puedas a favor de la patria, que esto no es asunto de partido, sino de honor nacional”

Valentín Espinal (1858)

Valentín Espinal, diputado a la Constituyente celebrada en Valencia en 1858 para derogar la Constitución de Monagas, sostuvo una posición ecuánime considerando el deber a la patria sobre todo apego partidista, llámese liberal o conservador.  Hoy en nuestro país, el presidente Nicolás Maduro propugnó la iniciativa para una Asamblea Constituyente, con la particularidad de que viola el voto universal y directo de la soberanía del pueblo, proponiendo la sectorización de los votantes por grupos corporativos, lo cual dispersa la unidad de la soberanía, diluyendo y dividiendo, aplicando la fatal frase: “divide y gobernarás”. Su único propósito es reafirmar el legado de Hugo Chávez, reformando el artículo 2 de la Constitución, por “Venezuela se constituye en un Estado socialista”  y  cumplir con lo confesado el día 15 de enero de 2011: “Asumo el marxismo, lo asumo y yo cuando asumo, asumo”.  Cualquier lego comprende, sin torpeza, que el régimen político es de socialismo marxista y, en consecuencia, no es democrático. El sufragio se ejerce mediante votaciones libres, universales, directas y secretas. La ley garantizará el principio de la personalización y de ahí se colige que las votaciones no pueden ser sectoralizadas, porque atenta contra la personalización del sufragio y por ende, es  inconstitucional. La revolución permanente socialista marxista es una declaración de guerra, por lo que para el gobierno actualmente en Venezuela, la oposición democrática es “enemiga” del chavismo y debe ser tratada de beligerante,  por lo que tendrán “guerra sin cuartel y rodilla en tierra” y “todo revolucionario debe estar armado”. Hemos tenido guerra sin cuartel desde hace 17 años, cada día más aguerrida. La oposición, llámese MUD o de partidos e independientes y la sociedad, ha estado convulsionada en persecuciones, detenciones, muertes, inseguridad y el país sin alimentos, medicinas y, como “proletariados unidos”, en colas permanentes para recibir viviendas en préstamos y bolsas de comida. Desde hace tres años fue detenido Leopoldo López, dirigente político y recluido en cárcel militar. Igualmente, la guerra contra “el enemigo” ha ido creciendo  en una situación de violencia, sometiendo a manifestantes a los tribunales militares, por lo que indudablemente vivimos en un Estado de beligerancia, o sea, en guerra, admitido por el gobierno, siendo procedente solicitar esa calificación ante la OEA y las Naciones Unidas, obteniendo personalidad jurídica internacional, por lo que no es procedente el diálogo sino el armisticio, lo que conllevaría la intervención de la Cruz Roja y de los Altos Comisionados de Derechos Humanos, a la tregua, a la libertad de los prisioneros, las votaciones para gobernadores y alcaldes y suspender la iniciativa de la Asamblea Constituyente.

Cesáreo José Espinal Vásquez

cjev34@gmail.com

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