Seguramente todas las personas que lean esta columna, contestarán afirmativamente a la pregunta anterior.
Sin embargo, si examinamos ese sentimiento a la luz de las Santas Escrituras, muchas de estas personas reconocerán que solo se trata de una manifestación emocional, ya que el amar a Dios es algo más que un sentimiento.
Vamos a leer algunos versículos de la Biblia que pueden aclarar esta situación y ayudarnos a reconocer, si en verdad amamos a Dios o solo seguimos la corriente emocional del mundo.
Jesucristo nos dice: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”, Juan 14:15.
“El que me ama mi palabra guardará y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada con él”, Juan 14:23.
Lamentablemente en el mundo actual, muy poco se recuerdan las enseñanzas que nos dejó el Hijo de Dios durante sus tres años de ministerio y que están escritas en la Biblia.
“Si alguien afirma: yo amo a Dios pero odia a sus hermanos, es un mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”, leemos en el versículo 20, capítulo 4, de la Primera Carta de Juan.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento y el segundo es semejante a éste: amarás a tu prójimo como a ti mismo”, nos ordena el Señor Jesucristo en los versículos 37 al 39, capítulo 22 del evangelio de Mateo.
Ahora, a la luz de estos textos bíblicos, ¿podemos afirmar que verdaderamente amamos a Dios?. Es el momento de sincerarnos ante Dios y ante nosotros mismos y tomar la decisión correcta que nos traiga bendiciones a nuestra vida.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios. Lic. Beatriz Martínez (CNP 988) beaperiodista@hotmail.com