El empresario venezolano Gustavo Cisneros dijo a Efe que la solución a la crisis venezolana hay que encontrarla en un “baile” a tres, con Cuba y Colombia también en la pista como bailarines y “música de Estados Unidos”.
En una entrevista con motivo de su investidura como doctor “honoris causa” en Humanidades por la Universidad de Miami (UM), el empresario, quien en 2013 dejó la dirección de la Organización Cisneros en manos de su hija Adriana, habló del momento actual de América Latina en general y de su país natal en particular.
“Estamos en un momento crítico en Venezuela, hay muchos muertos, no hay diálogo de ningún tipo y no hay respeto ni a la propiedad ni a la vida”, subraya en el despacho de su hija, en la planta alta de un edificio de oficinas de Coral Gables, ciudad aledaña a Miami.
A su juicio es absolutamente necesario “cambiar la ecuación” y los nuevos elementos deben ser el respeto a la Constitución, el respeto a las leyes y una programación electoral.
“Si se hace esto, se puede recuperar el sendero, si no, no vamos a tener paz”, sentencia.
Cisneros apunta al Gobierno cubano como parte importante en la solución de la crisis de Venezuela, un país que era “soberano”, pero no lo es en este momento de su historia, según dice en respuesta a una pregunta de Efe.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, tiene “la obligación de resolver, de encarar el problema”, y “eso lo saben Estados Unidos y Colombia”, señala.
Mostrando tres dedos de una mano enfatiza que la “geopolítica” une a Venezuela, Cuba y Colombia, y la solución pasa por esas tres partes. “Estados Unidos debe poner la música”, agrega.
Para empezar, el presidente de EEUU, Donald Trump, ha puesto las “relaciones con Cuba en el congelador”, indica Cisneros, quien tiene orígenes cubanos, aunque nació en Caracas en 1945.
La “filosofía” del anterior presidente estadounidense, Barack Obama, fue de “apertura total” a la isla, dice Cisneros, quien se declara un “poco escéptico” sobre los resultados de esa política, pese a que ayudó a la normalización de las relaciones bilaterales.
A su juicio, no se ha producido lo esperado del Gobierno cubano en lo que tiene que ver con “abrir la economía y ser consecuente con la democracia”.
Cisneros, al que la revista Forbes atribuye hoy una fortuna familiar de 1.380 millones de dólares, cree que Trump, al que conoce y es “mucho más agradable” en persona, va a tener más interés por América Latina que Obama, quien se centró en Cuba y en menor grado en Colombia y Venezuela.
En las recientes visitas a la Casa Blanca del presidente de Perú, Juan Pablo Kuczynski, y del de Argentina, Mauricio Macri, ambos empresarios como Trump, se vio el interés del mandatario estadounidense por la región latinoamericana, subraya.
En cuanto a la difícil relación entre Estados Unidos y México en la era Trump afirma que, para él, es un hecho que el tratado de libre comercio de Norteamérica (TLCAN) va a dejar de existir.
El TLCAN fue como “unas esposas de oro” para “jalar” a México hacia la modernidad y darle estabilidad, pero ahora tanto ese país como Canadá, cuya economía también creció enormemente con ese tratado, deben buscar nuevos mercados y mirar a América Latina, sostiene Cisneros.
“Va a haber más Pacífico y menos NAFTA para ellos”, agrega.
Cisneros, que acaba de estar en Argentina y cree que lo que ha hecho Macri después de los gobiernos de los Kirchner puede ser un modelo para la Venezuela poschavista, sigue “día a día” y está pendiente de todo lo que sucede en su país.
“No me he ido de Venezuela”, señala Cisneros, quien “con grandes dificultades” ha mantenido abiertas sus empresas allí y estaría dispuesto a “reinvertir cuando las condiciones estén dadas”.
A su juicio se van a necesitar “dos generaciones para reconstruir a Venezuela”, es un “plan a largo plazo” y que va a requerir “mucho trabajo”, pues “el nivel actual es muy bajo en todos los sentidos”.
Pero cree, no obstante, que su país puede salir adelante, gracias a sus “recursos gigantescos” -siempre y cuando sean “bien utilizados”, algo que, según dice, nunca se ha hecho-, con “un buen sistema educativo y en democracia”.
La educación es, para Cisneros, lo único que puede cambiar las cosas en América Latina, lo que puede dar a esos países “los elementos para ser primer mundo”.
Lo que falta es voluntad política para hacerlo, afirma este empresario, quien este viernes será investido doctor “honoris causa” en Humanidades por UM, en razón precisamente a la importancia que siempre ha conferido a la educación, como demuestran los numerosos proyectos educativos de su fundación.