“Manifestantes pacíficos han sido heridos, arrestados e incluso han muerto a manos de su propio gobierno. No se encuentran medicinas, los hospitales no tienen suministros y es difícil hallar comida», dijo la embajadora Nikki Haley
Venezuela está al borde de la crisis humanitaria y la comunidad internacional debe trabajar de manera conjunta para garantizar que el presidente Nicolás Maduro restaure la democracia, dijo el miércoles la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
«En Venezuela, estamos al borde de la crisis humanitaria», advirtió Haley antes de la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que a pedido de Estados Unidos se disponía a discutir en la tarde la situación en el país sudamericano.
Un total de 42 personas han muerto en protestas contra el gobierno en las últimas seis semanas, según cifras de la Fiscalía venezolana.
«Manifestantes pacíficos han sido heridos, arrestados e incluso han muerto a manos de su propio gobierno. No se encuentran medicinas, los hospitales no tienen suministros y es difícil hallar comida», dijo Haley.
«Por el bien del pueblo venezolano, y la seguridad de la región, debemos trabajar juntos para asegurarnos que Maduro ponga fin a esta violencia y opresión y devuelva la democracia al pueblo», añadió.
Diplomáticos indicaron que no esperan que la reunión del Consejo de Seguridad, prevista hacia las 12h30 locales (16h30 GMT), decida ya un curso de acción.
Manifestantes opositores protagonizan protestas cotidianas desde el 1 de abril, furiosos en medio del colapso económico del país y medidas que consideran están destinadas a fortalecer a Maduro en el poder.
A la escasez de alimentos y medicinas se suma el problema generado por la inflación, la más alta del mundo, que llegaría a 720% este año según el Fondo Monetario Internacional.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, ha denunciado una «verdadera tragedia» en Venezuela. Y en sus reuniones o llamadas telefónicas con líderes de América Latina, el presidente Donald Trump repite su preocupación sobre la situación venezolana.
Estados Unidos concentra ahora sus esfuerzos en la ONU luego de que el gobierno venezolano decidió retirar a Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyos cancilleres se reunirán el 31 de mayo para discutir la situación en el país.
Un grupo de 15 congresistas estadounidenses, demócratas y republicanos, había pedido a comienzos de mayo a Trump elevar la crisis en Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU.
En su misiva, los legisladores afirmaron que si el gobierno de Maduro se niega a facilitar ayuda humanitaria a la población, Washington debe impulsar una resolución en el Consejo de Seguridad para incrementar la presión internacional sobre Caracas.
Pero toda acción debe contar con el apoyo de Rusia y China, miembros permanentes del Consejo, con grandes inversiones en Venezuela.
«La situación humanitaria en Venezuela es desesperada», señalaron los legisladores en su carta, recordando que más de 18.000 venezolanos solicitaron asilo en Estados Unidos en 2016, la cifra más alta por nacionalidad de ese año, según datos oficiales.
El martes, ocho senadores estadounidenses presentaron un proyecto de ley que apunta a sancionar a funcionarios venezolanos. Otra iniciativa en la Cámara de Representantes busca facilitar la obtención del estatuto de refugiado a los venezolanos que ya viven en Estados Unidos.