En el Movimiento Afrorrevolucionario Juan Ramón Lugo, constituido por más de treinta organizaciones debidamente registradas y con trabajo comunitario, producción intelectual y económica verificable, nos sumamos a la iniciativa de Constituyente del presidente Nicolás Maduro
La propuesta presidencial de una Constituyente popular y ciudadana para la paz y politica social, como parte de una contribución para salir de la crisis estructural y política que vive el país, tiene su apoyo en los artículos 347, 348 y 349 de la Constitución Nacional, lo cual abrió un debate en todo el país con casi todos los sectores, menos los afrodescendientes, lo cual, como militante de esta causa por más de treinta años ininterrumpidos, me parece un desacierto y obedece lamentablemente a rezagos del racismo estructural e ideológico en algunos miembros que conforman la comisión presidencial. Pero mas allá de eso, el Movimiento Afrorrevolucionario Juan Ramón Lugo, constituido por más de treinta organizaciones debidamente registradas y con trabajo comunitario, producción intelectual y económica verificable, nos sumamos a esta iniciativa del presidente Nicolás Maduro.
En ese sentido, en nuestro movimiento, definido con autonomía desde nuestra irreverencia cimarrona, nos autoconvocamos para crear a nivel de nuestras comunidades los Cumbes Constitucionales con Inclusión Afrodescendientes en este proceso, marcando una diferencia táctica y sustancial con el llamado Congreso de la Patria Afrodescendiente, liderizado por algunos miembros y miembras de instituciones oficiales, pero que estratégicamente coincidimos en la defensa de nuestro país ante las agresiones permanentes de la burguesía racista y fascista, que cuenta con apoyo del esquizofrénico Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), así como del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los desprestigiados presidentes de Argentina y Brasil.
¿Qué es un cumbe constitucional?
Una vez más explicamos que los cumbes fueron los espacios liberados que nuestros ancestros de origen africano crearon en la época colonial ante la explotación esclavista y aún así después de la guerra de la independencia se mantuvieron, cuando los blancos criollos reestablecieron la esclavitud hasta su abolición hipócrita en el año 1854. Siempre existieron los cumbes, siempre existió la actitud anticolonial y antirracista. Los cumbes también se establecieron en territorios concretos, de donde surgieron comunidades actuales y luego se expandieron a espacios territoriales más amplios, teniendo territorialmente una unidad productiva para su sostenibilidad (agrícola-pesquera), unas reglas de convivencia (paz prolongada y una ética ancestral), una espiritualidad afroindocatólica y una estructura organizativa para regular esos espacios territoriales. Hoy esos territorios con el tiempo se conservaron y están ubicados en zonas rurales, urbanas y suburbanas, que están establecidos en estados, municipios y parroquias que se pueden evidenciar en el establecimiento del criterio territorial del Consejo Nacional Electoral. Por ejemplo, en municipios de Miranda (Simón Bolívar, Barlovento, Sucre), así como los estados Sucre, Zulia, Yaracuy, Carabobo, Aragua, Lara, Mérida, Trujillo, Guárico, Delta Amacuro, Bolívar, Monagas, Distrito Capital, Falcón. Estamos en casi todo el país, según las respuestas del censo pasado, donde la gente se definió como moreno, negro o afrodescendiente, y representan más del cincuenta por ciento de la población. De ahí de nuevo la equivocación de la comisión presidencial por no considerarnos como un sector. Sin embargo, ya en Vargas el movimiento comenzó con la construcción de los cumbes constitucionales con inclusión afro a diferencia del Congreso de la Patria, que con una actitud de obediencia que en nada contribuye a la discusión, aceptan las líneas emanadas de un sector del PSUV y eso no es proceso constituyente, es ser sumisos (mentalidad de esclavizados domésticos) y no discutir la gravedad del país y buscar alternativas desde lo local a lo regional y nacional (actitud del cimarranoje activo revolucionario).
La agenda de los cumbes
La agenda de los cumbes pasa por reconocernos como sujetos históricos en un territorio definido, con sus características económicas, culturales, espirituales y reglas de convivencia y estar claros que eso forma parte de nuestra contribución a la construcción de la República Bolivariana de Venezuela. Reconocernos en nuestra historia que aún sigue negada en el currículo básico nacional y en los textos de formación de las escuelas bolivarianas. Todo eso hay que reivindicarlo en esta nueva discusión constituyente. Una vez teniendo claro eso, pasamos a discutir los ocho puntos de la agenda constituyente propuesta por la comisión, y hay que agregarle nuevos elementos. Por ejemplo, no se menciona el racismo y la discriminación racial en el punto 4. En el punto 2 se habla de perfeccionar el sistema económico nacional, pero no se menciona la palabra “evaluación del modelo rentista” del por qué se fracasó con las iniciativas de Chávez con las empresas de producción docial en Barlovento; proponer sin evaluar es darse la vuelta del peón. ¿De qué identidad nacional se habla? ¿Solo arpa cuatro y maraca como cuando Pérez Jiménez? ¿Qué es seriamente la diversidad cultural, cuando la afrovenezolanidad está en una paupérrima desigualdad ante los otros factores de la identidad nacional? Las tecnologías de información, en el punto 7, son trascendentales, pues en las comunidades afro carecen de infocentros, las señales no son buenas, cuesta una bola y parte de la otra tener equipos para radios y televisoras comunitarias y, peor aún, en los canales del Estado y Telesur aún continúa el racismo visual. Nuestros rostros afro y los programas de contenido afro no llegan al 0.1 pro ciento de esas televisoras. Y con respecto a salvar al planeta debemos discutir la progresiva destrucción de nuestros reservorios acuíferos y etnobotánicas, como ha ocurrido con la laguna de Tacarigua. Vamos a discutir, cimarrones y cimarronas, no bajo la base de la sumisión como están implementando desde el Congreso de la Patria Afrodescendiente. Vamos con esos ocho puntos de la agenda con valentía, pues este país es de nosotros y no aceptaremos que por unos burócratas tiernos y podridos nos lo arrebaten.
«Las tecnologías de información, en el punto 7, son trascendentales, pues en las comunidades afro carecen de infocentros, las señales no son buenas, cuesta una bola y parte de la otra tener equipos para radios y televisoras comunitarias…»
Jesus Chucho Garcia