Acusan a GNB de extorsionar y asesinar a un transgénero

 “Con qué se enfrentó?, sería con una plancha o con un secador de pelo”… señalan familiares de Richard Rafael Díaz, a quien se lo conocía como “Alejandra”

La División contra Homicidios del Cicpc investiga las circunstancias en las que ocurrió la muerte de Richard Rafael Díaz (34), transgénero que trabajaba como estilista en una peluquería en Palo Verde y quien según la versión oficial, habría muerto en un procedimiento de la Guardia Nacional Bolivariana, en Hoyo de La Puerta.

Díaz conocido en su entorno como “Alejandra”, era natural de Maracaibo, estado Zulia y tenía dos años en Caracas. Vivía con su prima en una residencia de La Rinconada y consiguió empleo como estilista porque quería reunir dinero para colocarse unas prótesis de aumento de senos.

Hace unos meses conoció a unas personas que la llevaron a Hoyo de La Puerta donde se reúnen personas sexo diversas para “rebuscarse”. Algunas se dedican a la prostitución, mientras otras solo lo hacen para conseguir productos de la cesta básica, porque allí hacen la parada de ruta los transportes de carga que tienen horario restringido para circular por la Autopista Regional del Centro.

Extorsiones…

Allegados a la víctima, contaron que la Díaz entraba en la peluquería a las 8:00 a.m. y salía a eso de las 5:00 p.m. Había días en que terminaba más tarde, dependiendo de la clientela que llegara solicitando sus servicios. Se marchaba a su domicilio, donde un amigo camionero la recogía entre las 7:00 a 9:00 p.m., para llevarla a Hoyo de la Puerta.

Gustavo Díaz, hermano de la peluquera, también es transgénero y es conocido como “Karla”. Denunció que su hermana estaba siendo extorsionada por efectivos de la GNB, quienes pretendían que ella les sirviera de informante sobre la llegada de camiones con mercancía a ese lugar.

“Multas” a transportistas

Al parecer en ese punto, funciona una red de corrupción, donde hay cobro de multas a los transportistas a cambio de no decomisarles la mercancía. Allegados de la víctima, dijeron que además, sabían por lo que contaba Alejandra, que hay un negocio con las transgénero que se reúnen en el sitio. No solo deben pagarle a una que es la líder, sino que también a los guardias para que las dejen trabajar.

Recientemente a la peluquera un funcionario la estuvo hostigando para que ella delatara el movimiento de mercancía y de contrabando de comida. “Ella siempre llegaba a su casa con productos, dependiendo de lo que pudiera conseguir”, comentó una amiga.

Su hermana “Karla”, aseguró que muchas veces la “corretearon para presionarla porque la estaban extorsionando pero ella se negó”. La familia presume que  entre la noche del jueves (cuando salió de su casa y no regresó) y la madrugada del viernes, los responsables de su muerte la encontraron sola y aprovecharon para someterla.

“Ese día, según lo que he podido averiguar las demás mujeres no fueron y las que estaban ya se habían montado para irse.  Quien hizo esto aprovechó que ella estaba sola. La mataron de un tiro en el cuello y le cortaron el pelo, porque ella tenía su cabello largo y apareció con el pelo como con hachazos, como que se lo machetearon”, relató.

Niegan enfrentamiento

Negó que como dijo la policía, su hermana se haya enfrentado a la GNB con un arma de fuego. “Con qué se enfrentó?, sería con una plancha o con un secador de pelo porque ella nunca tuvo una arma en sus manos”, agregó.

La familia de Díaz se enteró de la muerte de “Alejandra”, cuando el lunes su prima llegó a la morgue de Bello Monte para tramitar el retiro del cadáver de un sobrino de su esposo, muerto en un hecho aislado.

En vista que no daban con el paradero de la estilista, decidieron aprovechar la ocasión para indagar si estaba allí y fue cuando les informaron que en efecto, se encontraba en los cuerpos sin reclamar, el de un transexual.  Cuando les permitieron verificar si se trataba de ella, la reconocieron.

“No habrá justicia”…

Karla Díaz, no cree que por este caso se haga justicia. “Por ser una transgénero simplemente no habrá una averiguación para determinar lo que pasó allí y si realmente la mataron.

Allí hay mucha gente que fue testigo y saben lo que sucedió, tienen que entrevistar a los que quedaron vivos.

La realidad es que nosotros somos hombres, esa es la verdad, pero nacimos así, somos hermanos, los dos crecimos así y no lo decidimos. Sin embargo, todos tenemos derecho a vivir”, expresó.

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