El prelado emitió un comunicado en el que insta al Gobierno a ocuparse de solucionar los problemas que han llevado al pueblo a la calle
El cardenal Jorge Urosa Savino rechazó lo que consideró como actos de represión efectuados por los cuerpos de seguridad del Estado y grupos violentos durante más de 80 días en protesta.
A través de un comunicado, el prelado recordó que los ciudadanos, amparados en la Constitución, manifiestan en contra de “la gravísima situación, carencia de medicinas y bienes esenciales, así como por el desconocimiento de la
Asamblea Nacional, el encarcelamiento de personas por ser adversarios del gobierno, y la eliminación de las elecciones previstas en la Constitución y las leyes”.
“Esas manifestaciones han sido casi todas atacadas por el gobierno de diversas maneras, y el resultado ha sido cerca de 70 personas asesinadas por la acción represiva. Eso clama al cielo, es totalmente ilegal y anticonstitucional, y merece el más pleno rechazo. De igual manera rechazo la muerte de algunas personas causadas por algunos opositores.
La violencia es mala venga de donde venga”, agregó el prelado. «Por toda esa represión a lo ancho y largo del país expreso mi más contundente rechazo a la acción violenta e ilegal de las autoridades del Gobierno que están dirigiendo el control de las manifestaciones. Y reitero mi urgente llamado: ¡cese de inmediato la represión a las manifestaciones del pueblo!».
Urosa pidió por solucionar los problemas que aquejan al pueblo. “El Gobierno en vez de reprimir debe resolver los problemas que angustian al pueblo y que lo han llevado a la calle. El Gobierno debe desistir del propósito de imponer un sistema totalitario y antidemocrático”, explicó. «Ese es el llamado que hemos hecho los obispos venezolanos, y que, en otros términos, ha hecho también el Papa Francisco en su mensaje del 30 de abril en la Plaza de San Pedro y que reza: ‘Mientras me uno al dolor de los familiares de las víctimas, dirijo un firme llamado al gobierno y a todos los componentes de la sociedad para que se evite cualquier forma ulterior de violencia, se respeten los derechos humanos, y se busquen soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que sufre angustiada la población”.