Cientos de personas trancaron vías de Caracas y otras ciudades este lunes, atendiendo el llamado de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Si bien la mayoría de los trancazos se desarrollaron sin problemas, en varios puntos se registraron disturbios luego de que militares y policías disolvieran las concentraciones con gases lacrimógenos
Opositores bloquearon las calles con barricadas, con lo que tenían a mano, algunos atravesaban vehículos, otros jugaban dominó o fútbol. Pero igual hubo enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden en algunas partes, con cruces de lacrimógenas y molotov
A las 12:30 de la tarde, el este de Caracas era intransitable. Ni las motos, acostumbradas a pasar por cualquier recoveco, podían transitar con tranquilidad. La avenida Francisco de Miranda era una tranca cada cuadra, desde La California hasta Chacaíto. Por rutas aledañas, la autopista Francisco de Miranda, las avenidas Rómulo Gallegos, Boyacá, la Río de Janeiro y otras rutas alternas, no transitaban vehículos, sino personas a pie que levantaban barricadas en uno u otro punto con diversidad de objetos. Incluso las mismas personas se colocaban como obstáculos.
Los que iban en carro, algunos estaban atravesados a mitad de la vía, otros iban avanzando en contraflujo, terminaron por resignarse ante las constantes trancas. Algunos se unieron, dejando su carro donde podían. Otros, que iban a trancar en Altamira, no pasaron de Los Cortijos y allí se plantaron. El trancazo, que comenzó a las 12:00 y continuó hasta las 4:00 de la tarde, paralizó la ciudad durante esas horas.
Los manifestantes salieron de todos lados y por las calles intransitables solo viajaban los gritos de protestas: “¿Quiénes somos? ¡Venezuela! ¿Qué queremos? ¡Libertad”. Miles de personas, esparcidas por toda la ciudad, reclamaban por un cambio de Gobierno, y mientras los cuerpos de seguridad del Estado reprimían en algún punto, en otro seguían llegando manifestantes.
“Yo te entiendo, pero no te puedo dejar pasar. Párate aquí con nosotros, únete a la protesta. ¡Solidarízate, vale, que se nos cae el país!», le explicaba una señora a un conductor que pedía pasar en Las Mercedes. No pasó. Apagó su carro, se bajó de él y se unió a las consignas. No había otra posibilidad.
Los motorizados esquivaban la tranca de una calle solo para toparse con otra más adelante. La ciudad era un laberinto sin salida.
“Dicen por aquí que en el oeste hay trancas”, comentaba en Santa Fe un manifestante que revisaba las noticias desde su teléfono, e inmediatamente otros se agrupaban en torno a él para saber más. Mientras ellos estaban ahí, miles de personas más se ubicaban en decenas de puntos en la ciudad trancando otra vía y revisando, a su vez, sus teléfonos para ver dónde había más trancas.
En La Castellana, los de una calle compiten con consignas con los de otra calle, y en los puntos donde no hay tantas personas suplen esa ausencia con barricadas. “No hay paso, vale, estamos protestando”, le dice una señora a un mototaxista que, explica, está urgido por llegar a su destino. “Pues a mí me urge un país”, responde la señora.
A las 4 de la tarde, los objetivos del día ya habían sido logrados por los opositores. No cayó el Gobierno, no recibieron señales de una mejor democracia, no liberaron a los presos políticos y tampoco se ha aceptado el canal humanitario; pero paralizaron la ciudad.
Al final de la tarde, el director ejecutivo del Foro Penal Venezolano, Alfredo Romero, informó a través de su cuenta en la red social Twitter, que al menos 26 personas fueron arrestadas durante el «trancazo» convocado por el movimiento estudiantil opositor.
De acuerdo con la información de Romero, de las 26 personas detenidas, 6 fueron en Caracas y 3 en Mérida, y 17 en Anzoátegui (12 de ellas ya se encuentran en libertad).
Llegaron las bombas
La mayoría de los bloqueos en Caracas se desarrollaban con tranquilidad e incluso algunos mataron el tiempo con partidas de dominó o fútbol. Sin embargo, en varios puntos se registraron disturbios luego de que militares y policías disolvieran las concentraciones con gases lacrimógenos.
«Vamos a seguir defendiendo nuestros derechos», dijo a la AFP Federico Mallorca, quien jugaba dominó en una mesa de plástico en una calle de Altamira, obstaculizada por cuerdas y una enorme bandera de Venezuela. «No+muertes», señalaban pancartas en el lugar.
«Nos inventamos esto para pasar el rato y protestar en paz», expresó el comerciante de 59 años.
Durante los «trancones», convocados por cuatro horas, un grupo de adolescentes pateaba un balón de fútbol en Chacao.
Algunos conductores discutían con manifestantes, muchos encapuchados, pidiendo paso. Otros apoyaban la protesta haciendo sonar sus bocinas.
Los alrededores de la base aérea de La Carlota y la sede de Pdvsa fueron escenario de choques entre cuerpos de seguridad y manifestantes, que cruzaron bombas lacrimógenas con piedras y cócteles molotov.