El Mercosur instó este viernes al gobierno de Venezuela a restablecer el orden institucional y el Estado de derecho, en una declaración de su cumbre presidencial en Mendoza, Argentina.
Los países del bloque «hacen un urgente llamado al cese de toda violencia y a la liberación de todos los detenidos por razones políticas, instando al restablecimiento del orden institucional, la vigencia del Estado de derecho y la separación de poderes», dice el texto que firmaron también Chile, Colombia y Guyana como países asociados y México.
Bolivia, presente en la cumbre como país en proceso de adhesión, no suscribió la declaración.
«Convencidos que la solución a la crisis sólo podrá ser resuelta por los venezolanos, instan al Gobierno y a las fuerzas opositoras de la hermana República Bolivariana de Venezuela al diálogo, que permita una concertación política creíble», agrega el texto.
La crisis política y social venezolana acaparó los debates en la cita de alto nivel.
«Nuestros cancilleres reconocieron formalmente la ruptura del orden democrático», aseguró poco antes el brasileño Michel Temer, quien asumió la presidencia rotativa del bloque regional.
En un comunicado de la cancillería, Caracas calificó la cumbre de Mendoza de «ilegal» y consideró «alarmante el permanente uso temerario del mecanismo de integración al servicio de una política de hostigamiento al gobierno y al pueblo de Venezuela».
Ni Constituyente ni otras iniciativas
La oposición venezolana rechaza la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que sostiene busca afianzar a Nicolás Maduro en el poder, al argumentar que su llamado no fue consultado en un referendum previo y por considerar fraudulento el sistema de elección de los asambleístas.
Las protestas opositoras, que comenzaron hace casi cuatro meses y dejan ya 103 muertos, arreciaron en los últimos días al acercarse el 30 de julio, la fecha prevista de votación.
El documento de Mercosur no mencionó expresamente la Constituyente, pero exhortó a «no llevar a cabo ninguna iniciativa que pueda dividir aún más a la sociedad venezolana o agravar conflictos institucionales».
Además, reiteró su disposición a acompañar un diálogo «de la manera en que sus actores estimen más conveniente».
El anfitrión, Mauricio Macri, pidió la adopción de un calendario electoral e hizo un llamado a la paz y a «la libertad de los presos políticos».
«Reiteramos nuestra disposición a establecer en consulta con el gobierno y la oposición un grupo de contacto para mediar en un proceso de diálogo», afirmó Macri.
Venezuela está suspendida del Mercosur desde diciembre por incumplir obligaciones comerciales con las que se comprometió cuando se incorporó en 2012, y en abril el bloque ratificó la medida e inició un proceso de consultas con Caracas al considerar que se había vulnerado el orden democrático.
Sin sanciones
En esta cumbre, Mercosur dio un paso más allá.
En paralelo a la declaración, el Mercosur hizo llegar una nota al gobierno bolivariano en la que lo convoca a mantener un diálogo con el bloque «en un plazo particularmente breve», informó el canciller argentino, Jorge Faurie, en una rueda de prensa conjunta con su par de Brasil, Aloysio Nunes.
El protocolo de Ushuaia, un compromiso democrático suscrito también por Caracas, obliga a una consulta final antes de dar el paso de la suspensión total.
«Aguardaremos este plazo para saber cuál es la decisión del gobierno venezolano (…) y en función de esto continuaremos este proceso», agregó Faurie.
La sombra de una posible suspensión permanente de Venezuela planeó en los debates de los días previos.
Pero Nunes descartó enfáticamente la aplicación de cualquier tipo de sanción económica, «que solo agravaría más la crisis humanitaria» que sufren los venezolanos, sometidos ya una grave escasez de alimentos y medicinas y una asfixiante inflación de tres dígitos.
«Los países del Mercosur no están para convertirse en un ángel castigador sino para ayudar a encontrar una salida a la gravísima situación institucional», zanjó, afirmando sin embargo que no hay que subestimar la importancia de los esfuerzos diplomáticos para «aislar a los regímenes y gobiernos que escapan del camino institucional».
El mandatario uruguayo, Tabaré Vázquez, dejó clara su reticencia a una condena en términos más duros que los finalmente lograron el consenso.
«Uruguay tiene una posición muy clara (…) de respeto a la no intervención de países terceros en asuntos internos de los países, respeto a la autodeterminación», declaró al llegar a Mendoza, consultado sobre Venezuela.
AFP