Delcy Rodríguez, la beligerante excanciller a quien el presidente Nicolás Maduro llama «la tigra» por su fiera defensa del gobierno socialista, no se siente una figura poderosa del chavismo.
En una entrevista con la AFP, una semana antes de ser designada presidenta de la Asamblea Constituyente, aseguró que su apuesta por la Constituyente no es una cuestión de poder, sino de fidelidad a la revolución.
«Jamás vamos a entregar las banderas», dijo esta abogada de 48 años, en un bello palacio del centro de Caracas.
– ¿Para qué la Constituyente?
Es la única salida inmediata que tenemos para resolver los problemas entre venezolanos, garantizar la paz y derrotar la violencia. Frente a las balas y el odio, votos. La nueva Constitución será sometida a referendo, allí estará su legitimidad.
– La oposición dice que instaurará una dictadura comunista. ¿Qué dice usted a eso?
Una Constituyente no puede ser regresiva a los derechos que ya están en nuestra Constitución. Todo lo contrario, es para la progresividad de los derechos.
– ¿Habrá cacería de brujas?
No se trata de perseguir a personas, sino al delito. Una de las propuestas que llevaré a la Constituyente es trasladar la titularidad de la acción penal del Ministerio Público a la víctima.
La derecha ha sustituido la acción política por la acción criminal. Nunca habrás visto a la derecha condenando cada vez que linchan o queman viva a una persona (…) por ser chavista.
La mayoría de estos dirigentes tienen inmunidad parlamentaria, pero la han asumido como una especie de licencia para delinquir.
– ¿El Parlamento será disuelto?
Lo que está planteado es la convivencia, debe darse un proceso de coexistencia. Lo que no puede ocurrir es que los poderes constituidos desconozcan las decisiones que se tomen en la Constituyente.
Ya en 1999 funcionaron ambos en el mismo edificio (el Palacio Legislativo).
– ¿Qué pasará con la Fiscalía?
La justicia está en deuda con los postulados de igualdad de la revolución, porque debe ser imparcial, no debe tener peso político. Ese equilibrio se rompió y por eso vamos a la construcción de un verdadero estado de derecho.
– Algunos países dicen que no reconocen la Constituyente. ¿Le resta legitimidad?
Me parece ridículo ver expresiones de esa naturaleza. La posición de Estados Unidos es de patotera (agresiva) por el mundo. Venezuela ha levantado su voz y por eso su modelo es considerado una amenaza.
– ¿Se siente una figura poderosa del chavismo?
No se trata de poder, se trata de fidelidad a un proyecto histórico, a Bolívar, a construir una patria libre, soberana, independiente.
Cuando me tocó ir a las calles (como candidata a la asamblea) me di cuenta que ahí estaba el pueblo y que yo solamente era transmisora de ese sentimiento del venezolano.
– ¿El chavismo está debilitado?
No, el chavismo es fuerza viva. Si no, no hubiésemos resistido sanciones, agresiones mediáticas, económicas, bloqueos financieros. No estaríamos acá. Al presidente Maduro no le han dado tregua ni un día, pero si no fuera por el chavismo, Venezuela estaría en otra coyuntura.
– ¿La Constituyente ayudará al diálogo?
Cuando la derecha ganó el Parlamento en 2015 se dio un desequilibrio profundo, porque una de sus primeras acciones fue desconocer al chavismo. Ese desequilibrio lo va a reparar la Constituyente.
– Maduro reveló diálogos con la oposición. ¿Por qué no prosperaron?
El principal problema que tiene Venezuela es la falta de un liderazgo unificado en la oposición para alcanzar cualquier tipo de acuerdo, está profundamente dividida.
Pero vamos a persistir, la única vía es el diálogo. La Constituyente no es para aniquilar al adversario, es para el reconocimiento, la convivencia y el diálogo.
– ¿El diálogo será para negociar la salida del chavismo?
Jamás, nosotros nunca vamos a traicionar nuestro proyecto histórico, jamás vamos a entregar las banderas. Estamos dispuestos al entendimiento mediante el diálogo. Para la paz, todo; para la guerra, nada. El chavismo no se enfrenta a la derecha venezolana, sino a los poderes mundiales, de los cuales esa derecha es un instrumento.
afp