UN DOMINGO CON SALOMÓN: 35 años del Museo de los Niños

 

La obra es un templo de enseñanza  para niños, jóvenes,  padres, educadores y a todo aquel que busca conocimientos

La idea nace de una mujer extraordinaria, Doña Alicia Pietri de Caldera, quien sentía la necesidad de brindarle a su país, y que sirviera de modelo al mundo, un museo distinto, un lugar donde el niño aprendiera en una forma práctica y docente de todo lo que acontece a su alrededor, siendo un factor de importancia de esta enseñanza la destreza y el contacto de todo lo que el niño tuviera en su entorno. Así y bajo la prueba y el ensayo, orientado por profesionales de cada una de las materias de interés en la mente infantil, el niño podría descubrir los secretos que nos tiene reservados nuestro universo.   

Alicia Pietri de Caldera

Alicia Pietri de Caldera nació en Caracas el 14 de octubre de 1923 y falleció el 9 de febrero de 2011, en su ciudad natal. Fue la insigne esposa del presidente Rafael Caldera. Ejerció la función de Primera Dama en dos oportunidades, de 1969 a 1974 y de 1994 hasta 1999. Fue la fundadora del Museo de los Niños de Caracas y presidenta de la Fundación del Niño durante los períodos de gobierno de su esposo. Se reconoce su labor a favor de la niñez en el país.

Hoy, con el fin de rendirle un homenaje a Doña Alicia, como era conocida por todos los que tuvimos el honor de trabajar a su lado, hablaremos de un sueño que ella con tesón y trabajo convirtió en realidad, como lo es el Museo de los Niños y lo haremos conversando con su hija, Mireya Caldera Pietri, quien es la encargada de dirigir El Museo de los niños, que desde el mismo día de su apertura ha constituido un ejemplo y su concepción ha sido llevada por el mundo donde han construidos Museos de Los Niños por ser un ejemplo en su práctica y en la misión que cumple en todos aquellos que lo visitan.

–¿Cómo nace la idea de fundar un Museo para los Niños?

–Cuando Alicia Pietri de Caldera ocupó la posición de Primera Dama de la república por primera vez, desarrolló muchos programas a favor de la infancia y, al terminar su periodo considero que debía prolongar su trabajo en el mismo sentido. Además, sabiendo que la educación básica es fundamental, considero que sería conveniente apoyarla. Una manera eficiente sería creando un Museo para los Niños donde ellos jugarían y al mismo tiempo aprenderían los principios de la ciencia  y la tecnología, sería una herramienta útil para complementar el trabajo que los docentes realizan en sus aulas de clases.

–¿Qué satisfacción produce el éxito logrado en su concepción y el gran valor educativo y formativo, no solo para los niños sino también para los padres y educadores?

–La mayor satisfacción es la de la labor cumplida: el museo ha sido un elemento importante en la educación de muchos venezolanos que han descubierto que “aprender es divertido”, que han descubierto su vocación para elegir sus ocupaciones y que han regresado una y otra vez para adquirir nuevos conocimientos y/o para reforzar los ya aprendidos en las aulas. Para los docentes ha sido una herramienta de gran utilidad al ser un complemento de lo que se enseña en el aula y, para los padres ha sido una forma muy fácil de explicar temas que no son fáciles de explicar y para transmitir conocimientos que, a lo mejor, ellos habían olvidado.

–¿Podríamos conocer el número de visitantes recibido desde su fundación hasta hoy?

–Este mes de agosto, el museo cumple 35 años de haber abierto sus puertas al público y son millones las personas que lo han visitado. Este número se incrementa por las personas que han venido una y otra vez ,porque encuentran en el museo un lugar interesante, agradable y seguro, y –también- porque en una sola visita es imposible interactuar con todas las exhibiciones, lo que incita al visitante a venir varias veces.

–¿Quiénes forman su plantilla de trabajadores y colaboradores?

–En este momento su plantilla de trabajadores se ha reducido al mínimo, pues las circunstancias del país así lo exigen, pero es un equipo muy comprometido con la misión del museo y realiza sus tareas con dedicación y con optimismo, pues está convencido de que su labor es de gran importancia para la educación de los niños y, por tanto, para el futuro del país. En cuanto a los colaboradores, son muchas las personas e instituciones –privadas y públicas- que a través de estos 35 años han considerado que la labor del museo es digna de apoyo; además, quienes visitan el museo y disfrutan de él, adquieren una entrada -que si bien es muy módica en relación a otras actividades de distracción- es la principal fuente de mantenimiento de esta “maravillosa realidad”.

–¿Qué le pedirías a los venezolanos para lograr que el Museo de los Niños pueda servir mejor a los niños, padres  educadores?

–Lo único que podemos pedirles es su apoyo, en la forma en que puedan dárselo, y -muy especialmente- visitándolo e invitando a todos a visitarlo para constatar que en Venezuela se pueden hacer cosas tan importantes como las que se hacen en países que han alcanzado niveles más altos de desarrollo y que, con el trabajo diario realizado con entusiasmo y con el convencimiento de que se trabaja por el país, se obtiene lo que se desea.

Solo nos queda agradecerle a Mireya Caldera Pietri permitirnos parte de su tiempo y mostramos los logros que a través del tiempo se han ido incorporardo en este Museo de Los Niños, que constituye un ejemplo en el mundo y solicitarle a todas aquellas personas que deseen colaborar en el engrandecimiento de tan importante templo de la cultura de los niños que no duden en ponerse en contacto con la dirección del museo y a la vez invitar a todos los niños de Venezuela y del mundo que vengan a visitarlo. De verdad que será una gran experiencia.

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