Los venezolanos eligen este domingo a 23 gobernadores y el peso político o económico de varios estados, según analistas, puede ser fundamental en las presidenciales que deben realizarse en 2018.
En medio de la aguda crisis política y económica del país petrolero, ¿cuáles son los trofeos de las elecciones regionales para el chavismo y la oposición?
1. Miranda, el bastión opositor
El estado Miranda (norte) es un feudo opositor. Uno de los principales dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, es el gobernador saliente.
«Miranda es el equivalente al estado capital», dijo a la AFP el politólogo Luis Salamanca.
El consultor político Aníbal Sánchez indicó a la AFP que «Miranda –segundo en número de electores con más de dos millones– puede ser decisivo en las presidenciales de 2018».
Los oficialistas «tienen una obsesión enfermiza, no olvidemos aquella declaración de uno de sus candidatos que dijo que cambiarían 20 gobernaciones por la de Miranda», recordó Capriles.
El chavismo competirá con una de sus principales figuras, el diputado Héctor Rodríguez, de 35 años. Se medirá a Carlos Ocariz, de 46 años, alcalde de Sucre (este de Caracas), donde está Petare, una de las favelas más grandes de América Latina.
2. Zulia, poder político
Zulia, estado fronterizo con Colombia, es el que tiene más electores (2,4 millones) y cuenta con una de las mayores reservas de petróleo y gas del continente.
Es gobernado por el militar retirado Francisco Arias Cárdenas, fiel aliado del expresidente Hugo Chávez, a quien acompañó durante el intento de golpe de Estado en 1992.
«Zulia es el estado productor de la riqueza en Venezuela y bastión del oficialismo», señaló Salamanca.
Arias Cárdenas, de 66 años, es gobernador desde 2012 y aspira a la reelección, mientras que su oponente será el diputado Juan Pablo Guanipa, de 52 años, miembro de Primero Justicia, partido de Capriles.
3. Carabobo, otrora potencia económica
Carabobo (norte) es el tercer estado con más electores (1,5 millones). Allí funciona gran parte de la industria –venida a menos por la crisis–, tiene al importante Puerto Cabello y Valencia, su capital, es una de las principales ciudades del país.
Aunque era uno de los principales bastiones opositores, donde gobernaron Henrique Salas Römer y su hijo Henrique Salas Feo, el chavismo lo controla actualmente.
En 2012 Francisco Ameliach ganó la gobernación, pero este año fue sustituido por Gustavo Pulido, pues resultó elegido miembro de la Asamblea Constituyente.
El candidato del gobierno es el excéntrico Rafael Lacava, de 49 años, quien suele quitarse las camisas en mítines. Su contrincante es Alejandro Feo, de 46 años, alcalde de Naguanagua (centro), sobrino de Salas Römer y primo de Salas Feo.
4. Táchira, frontera viva
Táchira, en el oeste de Venezuela, es un estado fronterizo con Colombia, con el que históricamente ha habido una intensa relación económica.
Desde agosto de 2015 el gobierno de Maduro cerró el paso hacia y desde Colombia a través del puente Simón Bolívar y actualmente sólo cruzan a pie miles de personas que compran alimentos o trabajan del otro lado.
El comercio legal se contrajo, pero el contrabando de combustible y productos venezolanos alimenta una economía informal.
Su gobernador es José Vielma Mora, un militar retirado de 52 años que también acompañó a Chávez en su intentona golpista.
Aspira a la reelección y deberá medirse a la diputada opositora Laidy Gómez, de 35 años.
5. Lara y un posible candidato
Lara es el cuarto estado con más electores, con 1,2 millones.
Es una de las tres entidades que controla la oposición, gobernada desde 2008 por el exchavista Henri Falcón, de 56 años.
Falcón aspira a su tercera reelección y para lograrlo deberá derrotar a la militar retirada Carmen Meléndez, de 55 años, muy cercana a Maduro, de quien fue su ministra de Defensa.
Falcón es uno de los posibles candidatos de la oposición a las presidenciales, pues sus dos principales líderes, Capriles y Leopoldo López, no pueden competir: el primero inhabilitado políticamente y el segundo en arresto domiciliario.
AFP