No depositar el comprobante de votación, tal como lo hizo el ministro Luis Motta Domínguez en las elecciones municipales, acarrea más que una violación a la legislación criolla. Evidencia cómo se inicia el “carrusel electoral”, una práctica ilegal que activa el control social a través del Carnet de la Patria vulnerando la última frontera de la democracia, el voto secreto, de cara a la elección presidencial de 2018
Lo metió y lo sacó. Sin mayores pudores. El ministro Luis Motta Domínguez hizo el amago de depositar el comprobante de voto en su respectiva caja cuando participó en las elecciones municipales. Sucedió a las 9:39 de la mañana del 10 de diciembre en el municipio Santiago Mariño de Nueva Esparta. Venezolana de Televisión (VTV) se encargó de registrarlo, y las redes sociales de difundirlo, así lo reseño Andrea Tosta en el portal Climax.
Horas después, el mismo Motta Domínguez publicó en su cuenta de Twitter una grabación hecha con celular, en el que supuestamente se desmiente la acción que se trasmitió en vivo por televisión nacional. “Este video original lo tomo una de las personas que estaban en el centro de votación a las 6.30 am”, reza el mensaje, tratando de explicar que su sufragio ocurrió sin cámaras de TV y que el acto que mostró la pantalla del canal 8 fue posterior y “simulado”. Pura pinta, pues no existe ley que regule un simulacro durante una elección y que además viola el artículo 77 de la Ley Contra la Corrupción, donde se le tilda de “hurto de material electoral” y especifica que puede ser sancionado por ser un bien público.
La explicación se queda corta ante lo que pudiera ser una evidencia televisada de cómo se implementa un sistema que rompe con lo establecido en el artículo 63 de la Constitución Nacional aún vigente: el sufragio como un derecho que se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas y –aquí el detalle– secretas. Durante las elecciones municipales del 10 de diciembre, se perfeccionó la vulneración de ese derecho, y el mecanismo está estrechamente relacionado con el carnet de la patria, un documento cuyo uso en procesos electorales ha exaltado el propio mandatario Nicolás Maduro. Algo a tomar en cuenta de cara a una eventual competencia presidencial de 2018.
El tras cámaras
“El video dio para pensar que se está haciendo carrusel electoral. Motta Dominguez se defendió, pero lo que transmite VTV, sin aclarar si es un simulacro o no, da pie a suponerlo”, dice el periodista Eugenio Martínez, especializado en procesos electorales. Martínez explica que, en un esquema de “carrusel” electoral, Motta Domínguez sería el primero de la cadena. El fenómeno empieza con un primer votante que se registra con su carnet de la patria en un punto rojo, entra al centro electoral, selecciona la opción de su preferencia en la máquina de votación, pero no deposita el comprobante físico en la caja, sino que lo regresa al mismo punto rojo donde dejó su carnet de la patria, develando por quién votó. Primer quiebre.
Ese papelito pasa a manos de un segundo votante, que también deja su carnet de la patria en aquel punto rojo, ingresa al centro, sufraga en la máquina y al llegar a la caja de resguardo deposita el comprobante de la primera persona, guardando el suyo para entregarlo en el punto rojo. Así, confirma que votó por el candidato “correcto” si quiere obtener beneficios gubernamentales.
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