El expresidente Sebastián Piñera y el oficialista Alejandro Guillier se disputarán este domingo la presidencia de Chile en una segunda ronda en la que ninguno de los dos es favorito.
Tras el revolcón de la primera vuelta, que dejó en manos de los votantes del Frente Amplio, la izquierda radical, la llave de la victoria en el balotaje, pocos en Chile se atreven a dar un vaticinio sobre quién será el sucesor de la socialista Michelle Bachelet, a partir del 11 de marzo, en La Moneda.
Las elecciones de hoy, para las que están convocados 13,4 millones de chilenos, están rodeadas de “uno de los mayores grados de incertidumbre desde el retorno de la democracia”, dijo el director del Centro de Análisis de la Universidad de Talca, Mauricio Morales.
Después del fracaso de los sondeos en la primera vuelta, cuando algunas encuestadoras daban por descontada la victoria de Piñera, los chilenos “prácticamente no cuentan con información creíble o confiable de las encuestas de opinión que permitan pronosticar el resultado”, indicó el analista.
La última encuesta es del 1º de diciembre y dio empate técnico entre los dos candidatos, y 21,4% que no sabía entonces por quién votar.