El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, busca un milagro que frene su destitución el próximo jueves por el Congreso, de mayoría opositora y decidido a castigarle por su papel en el escándalo de la brasileña Odebrecht.
Según analistas, el mandatario tendrá que dejar de lado su hermetismo y la falta de claridad sobre los negocios de su empresa con Odebrecht, de la que recibió pagos por asesorías, para intentar torcer el brazo a una oposición que el viernes aprobó por una abrumadora mayoría debatir sobre su destitución.
De 118 legisladores presentes, 93 respaldaron la propuesta, superando con creces el 40 % que exige el reglamento.
La votación no incluyó solo al grupo fujimorista opositor Fuerza Popular, que lidera el Congreso, sino también a sectores de izquierda y los grupos APRA y Alianza Para el Progreso. Para los analistas, esos votos son una mala señal para Kuczynski y su futuro presidencial.
Para decretar la vacancia por incapacidad moral permanente de Kuczynski, con base en que negó insistentemente sus vínculos con Odebrecht para luego ser desmentido por la propia empresa, se requieren 87 votos del total de 130 escaños del Parlamento, que es controlado por la oposición.
Kuczynski podría entonces convertirse en el segundo presidente de Perú en el siglo XXI destituido por incapacidad moral por el Congreso. A fines de 2000 ocurrió ya con Alberto Fujimori, condenado por crímenes de corrupción y lesa humanidad.
También podría ser el funcionario con más alto rango en perder el cargo por culpa del mayor escándalo de corrupción que ha golpeado a América Latina.
Su suerte «está echada»
«La suerte del presidente Kuczynski está echada, no tiene otra opción. La estocada final se la puso el partido Alianza Para el Progreso (APP), su aliado en la campaña presidencial y (que) lo apoyó en este tiempo, ahora se le volteó y votó a favor del pedido de vacancia», dijo a la AFP el analista político peruano Luis Benavente.
De los 93 votos, nueve son de APP. «Si esos votos se retiran, la oposición se quedaría en 84 y no alcanza los 87 votos (…) que se requieren» para destituirlo, agregó. «El único margen de juego que tiene el presidente es antes del jueves convencer a algunos congresistas, en especial a los de APP, para que no voten por la vacancia», precisó.
Roberto Cortijo / AFP