El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, que acaba de evitar su destitución, vive una nueva crisis ante la renuncia de congresistas afines y protestas tras el indulto otorgado al exgobernante Alberto Fujimori, que cumplía una pena de 25 años por delitos de lesa humanidad.
Las reacciones al indulto y gracia presidencial a Fujimori mostraron el lunes un Perú polarizado, dividido entre los simpatizantes del fujimorismo -mayor fuerza política del país- y la indignación de sus detractores, desde cuyas filas se planea incluso impugnar la medida ante tribunales internacionales.
«Lo sucedido no garantiza estabilidad, estamos avanzando hacia una nueva inestabilidad», dijo a la AFP el analista Mirko Lauer.