Un referendo para definir el futuro de ecuatorianos

Los 13 millones de ecuatorianos llamados a las urnas este domingo deberán responder a siete preguntas  / Jordi Miró / AFP

Mientras Brasil contiene el aliento frente al futuro político del condenado Lula, en Ecuador otro líder de la izquierda latinoamericana, Rafael Correa, se juega su porvenir en el referendo contra la reelección de este domingo.

La inesperada pelea a muerte con el presidente Lenín Moreno ha ido mermando la popularidad y la influencia del exmandatario socialista, que gobernó el país entre 2007 y 2017. 

Si su sucesor y exaliado saca adelante el referendo que propuso en noviembre, Correa perderá la opción de recuperar el poder.

Pero esta nueva cita electoral pone también a prueba la legitimidad de Moreno y la solidez de sus nuevas alianzas en la Asamblea Nacional tras la fractura en el oficialismo. Y a la larga, la gobernabilidad del país, advierten analistas.

Los 13 millones de ecuatorianos llamados a las urnas deberán responder a siete preguntas: cinco vía referendo, que implican cambios en la Constitución, y dos vía consulta popular, para derogar o reformar leyes menores.

Tres preguntas anti-Rafael Correa

Tres de las preguntas formuladas por Moreno, vicepresidente de Correa entre 2007 y 2013, son una clara invitación a entrar en la era del postcorreísmo.

La que plantea suprimir la reelección indefinida aprobada por Correa en 2015, impediría la eventual candidatura del exmandatario a las presidenciales de 2021.

Otra propone reestructurar el órgano creado por el exgobernante para nombrar autoridades de control, lo que en la práctica supondría una ‘descorreización’ del Estado.

Pero los correístas advierten que una victoria del ‘Sí’ en esta cuestión permitiría a Moreno apropiarse temporalmente de todos los poderes estatales, nombrando «a dedo» a las nuevas autoridades, entre ellos al fiscal y al contralor, que ejercerán hasta las próximas elecciones regionales de 2019.

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