BOGOTA. Dos policías y un presunto disidente de la exguerrilla FARC murieron este martes en un enfrentamiento en el sur de Colombia, informó el ministro de Defensa.
El choque ocurrió en el municipio de San Vicente del Caguán, departamento de Caquetá, cuando los uniformados solicitaron una requisa a dos hombres, que se opusieron e iniciaron el enfrentamiento armado, dijo Luis Carlos Villegas en rueda de prensa.
Los dos policías, identificados como Jorge Andrés Torres Culma y José María Arcentales Sangama, fallecieron al llegar al hospital de la localidad, mientras que uno de los atacantes murió en el lugar, agregó.
«Los uniformados (…) fueron atacados con armas de fuego, inclusive con una granada que no estalló», aseguró Villegas.
El ministro indicó que «todo apunta» a que los hombres eran disidentes de las FARC, que se desarmó y transformó en partido político el año pasado tras firmar un histórico acuerdo de paz en 2016 con el gobierno de Juan Manuel Santos.
Tras el pacto con la otrora guerrilla comunista, entonces la más poderosa de América, cerca de 7.000 combatientes dejaron las armas. También se acogieron al pacto unos 2.600 milicianos y 2.500 exguerrilleros presos.
El gobierno y centros de investigación calculan que son unos 1.100 los hombres y mujeres que se apartaron del pacto para superar medio siglo de conflicto armado.
Los disidentes se dedican principalmente al narcotráfico y la minería ilegal, según las autoridades.
El lunes dos soldados ecuatorianos resultaron heridos en un ataque de disidentes en la comunidad El Pan, en zona fronteriza con Colombia, según el gobierno de Ecuador.
En la misma zona el 27 de enero estalló un cochebomba a las afueras de una estación policial que causó 28 heridos entre civiles y uniformados. Las autoridades ecuatorianas responsabilizaron a las disidencias del ataque.
Colombia intenta superar un conflicto de más de medio siglo que deja alrededor de ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
Santos, quien dejará el poder en agosto tras dos mandatos de cuatro años, busca sellar con el ELN, último grupo rebelde reconocido por el gobierno, un acuerdo similar al convenido con las FARC.
Aunque las negociaciones, instaladas hace un año en Quito, están congeladas tras una ofensiva guerrillera.