Confundido, sorprendido y desconsolado se encontraba Omar Ávila, quien acudió en la mañana de ayer a la sede de la Medicatura Forense de los Valles del Tuy, para reconocer el cadáver de su hijo quien fue víctima de un escopetero cuando se encontraba en las inmediaciones del puente sobre el río Talma, a la altura de la entrada de la urbanización Ciudad Hermosa de Nueva Cúa, a eso de las 9:00 de la noche del pasado lunes.
La víctima mortal fue identificada como Omar Jesús Ávila Martínez, de 26 años, quien desde hace cuatro años laboraba como ayudante de cristalería con su progenitor, en un taller ubicado en el kilómetro 12 de la carretera Petare-Guarenas. El muchacho vivía en este mismo sector, junto a su padre y hermanos.
Lo confundieron…
Los familiares de Omar Jesús, quien era el segundo de tres hermanos, aseguran que el muchacho fue confundido con otro hombre, ya que él se encontraba de visita en la zona.
“Nosotros trabajamos con contratistas en el oriente del país y en el estado Bolívar, pero como la situación está difícil tenemos varias semanas parados, por lo que él quiso venir al Tuy a visitar a su madre, quien es enfermera”, dijo el abrumado padre, al revelar que el muchacho no pudo ver a su progenitora, ya que el día de su asesinato ésta estaba laborando en una clínica y debió realizar una guardia extra.
El infortunado no deja viuda, ni descendiente. Su padre contó que estaban a la espera de firmar un contrato para instalar los vidrios a un hotel en Ciudad Bolívar. “En el taller hacíamos todas las ventanas y después íbamos a instalarlas”, comentó el hombre, quien tiene más de 15 años en el ramo cristalero.
Pudimos conocer que los técnicos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, adscritos al Eje contra Homicidios del Cicpc, le apreciaron varios impactos a Ávila Martínez en la región del tórax y rostro, tras ser atacado con un arma de fuego, tipo escopeta.
La llamaron…
La progenitora de Omar Jesús Ávila Martínez fue la primera en conocer del deceso de su vástago, luego que recibiera la llamada que le hizo la dueña de una bodega de la zona, para notificarlo lo sucedido. La trágica noticia le desgarró el alma.
MIP-TUY / Jean Carlos Rodríguez
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