Cinco militares murieron y diez quedaron heridos en un ataque con explosivos que presuntos rebeldes del ELN perpetraron este martes en la frontera entre Colombia y Venezuela, según el ejército.
La acción se registra 24 horas después de que el grupo guevarista, en armas desde 1964, anunciara una tregua unilateral entre el 9 y el 13 de marzo, con motivo de las legislativas del domingo 11.
Los soldados fueron atacados cuando se desplazaban en una caravana. Una carga explosiva estalló al paso del primer vehículo, causando varias víctimas.
«Tenemos cinco hombres nuestros asesinados y 10 heridos. Ellos cumplían una actividad operacional de control de rutas» en zona rural del municipio de Tibú, departamento de Norte de Santander, declaró el comandante del ejército, general Ricardo Gómez, a W Radio.
Gómez señaló al Ejército de Liberación Nacional (ELN) como presunto responsable del ataque.
«La hipótesis más fuerte» apunta al frente Juan Fernando Porras Martínez, «con el cabecilla alias Gonzalo Satélite, ya que delinquen en ese sector», agregó el jefe militar.
Entre los uniformados que resultaron con lesiones hay uno que «reviste gravedad», mientras los otros están bajo «valoración médica» en un centro hospitalario de la ciudad de Cúcuta, de acuerdo con el comandante del ejército.
“Repudio” de Santos
El presidente Juan Manuel Santos expresó su rechazo frente a esta acción, que una vez más pone en entredicho el futuro de las congeladas negociaciones de paz con el ELN, la última guerrilla activa reconocida por el gobierno.
«Repudio absoluto al cobarde atentado contra nuestros héroes en Norte de Santander. Toda mi solidaridad con las víctimas», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Sin referirse en principio a la agrupación guevarista, que según cálculos oficiales cuenta con unos 1.500 combatientes, advirtió que irán «tras los responsables».
El nuevo golpe a la fuerza pública se produjo a 40 km de la convulsa frontera con Venezuela, y se enmarca en un recrudecimiento del conflicto con el ELN tras el fin de un alto al fuego bilateral el 10 de enero.
Después de expirado el acuerdo, los rebeldes realizaron varios atentados con explosivos que dejaron ocho policías muertos y decenas de heridos. En la contraofensiva, las fuerzas armadas también capturaron o abatieron a decenas de presuntos guerrilleros.
A raíz de los atentados contra la policía, Santos congeló los diálogos de paz que desde hace un año lleva a cabo con el ELN en Quito.
El proceso con el que pretende conducir al desarme a los rebeldes guevaristas, cayó entonces en punto muerto.
Sin embargo, al anunciar el lunes la suspensión de las operaciones militares en marzo, la organización alzada en armas propuso al presidente fijar una fecha para la reanudación de las conversaciones.
Santos, que dejará el poder en agosto tras un mandato de ocho años en que logró un histórico acuerdo de paz con la otrora guerrilla comunista de las FARC, recibió de buen agrado la anunciada tregua del ELN.
«Ese es el tipo de gestos que nosotros estábamos pidiendo», dijo el jefe de Estado.
AFP