El gobierno de Venezuela rechazó que el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, denunciara este miércoles que ese país no reúne «las mínimas condiciones» para unas elecciones presidenciales «libres y creíbles».
«Venezuela rechaza categóricamente que el Alto Comisionado pretenda juzgar los procesos electorales que se desarrollan en el país», señaló la Cancillería en un comunicado, refiriéndose a los comicios del 20 de mayo, en los que el presidente Nicolás Maduro busca reelegirse hasta 2025.
El documento agrega que Al Hussein no tiene «mandato ni competencia alguna» para evaluar la votación.
«El señor Al Hussein ha hipotecado la majestad del cargo que representa para colocarlo al servicio de la estrategia de agresión permanente» contra Venezuela, indica el ministerio de Exteriores.
Al presentar su informe anual este miércoles, el alto comisionado de la ONU mostró preocupación por considerar que la crisis política y socioeconómica venezolana atenta contra «las condiciones mínimas para unas elecciones libres y creíbles».
Al Hussein denunció además que «el principio de la separación de poderes se ha visto gravemente comprometido, ya que la (oficialista) Asamblea Nacional Constituyente sigue concentrando poderes ilimitados».
Sobre las protestas contra Maduro el año pasado, que dejaron unos 125 muertos, el máximo responsable de los derechos humanos de la ONU dijo estar «profundamente alarmado por la posibilidad que se hayan cometido crímenes contra la humanidad».
«Mi oficina también recibió informes creíbles de cientos de asesinatos extrajudiciales en los últimos años», añadió.
Maduro enfrenta una creciente presión internacional contra las elecciones adelantadas por orden de la Constituyente. Tradicionalmente se hacen en diciembre.
Washington y el Grupo de Lima -integrado por 14 países latinoamericanos, entre estos Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú- consideran que las votaciones están viciadas por falta de garantías.
AFP