En corto plazo, Caracas puede recibir menos agua cada día y quedar literalmente seca si no se inicia con prontitud un buen programa operativo y manejo adecuado de la distribución, advierten expertos, según alertó este domingo un trabajo publicado por el diario El Nacional.
A la capital deben entrar 18.000 litros cúbicos cada segundo, equivalente a 2 camiones cisternas con capacidad de 9.000 litros cada uno, para que todos los caraqueños disfruten del suministro en sus casas. Pero están llegando menos de 14.000 litros.
“Hay una crisis gigantesca porque están dejando de entrar a la ciudad 4.000 litros cúbicos por segundo, a través del Sistema Tuy II y otros 2.000 litros por segundo por el Tuy I. Para una ciudad, tener de 4.000 a 6.000 litros menos es una catástrofe”, afirmó el ingeniero Norberto Bausson, ex vicepresidente de Operaciones de Hidrocapital (1991-1998).
Los sistemas Tuy, integrados por equipos motobombas con grandes tuberías y plantas de tratamiento que surten de agua a la capital, han comenzado a disminuir su capacidad operativa por la falta de una estrategia de mantenimiento.
“En estos momentos, en el Tuy II, de cinco estaciones de bombeo solo funcionan dos líneas; es decir, un tercio. El Tuy I opera a la mitad de su capacidad y está en muy malas condiciones: de cuatro estaciones de bombeo solo funcionan dos grupos. El Tuy III funciona con tres unidades y está normal”, explicó.
A estas condiciones de los mecanismos de bombeo se agrega la deficiente alimentación de energía eléctrica. Por ejemplo, para hacer llegar agua del embalse de Camatagua, el más lejano (150 kilómetros de distancia) e importante, implica emplear 450 megavatios de electricidad para que los equipos de bombeo tengan la potencia necesaria», afirmó.
“Con la entrada de agua del río Cuira, en teoría, se resolvería el problema en Caracas, pero en la práctica no es posible; hay que cambiar todas las tuberías. Si en este momento se pretende traer agua del Tuy IV, con solo dos de las seis líneas del Tuy II no se puede obtener ni de Camatagua, Taguaza ni Lagartijo. ¿Con qué se va a distribuir si dentro de Caracas las 60 estaciones de bombeo están vueltas un desastre?”, expresó Bausson.
De 400 cuadrillas de mantenimiento del sistema que hubo durante su gestión, hoy no llegan a 20 y eso se refleja en el servicio sin calidad. Zonas como la parte alta de Palos Grandes, Los Naranjos, parte alta de El Hatillo, parte alta de Santa Mónica, de Colinas de Bello Monte, llevan semanas sin el suministro. “Esto es una situación de calamidad pública. Esto no había ocurrido nunca”.