Según estas fuentes las instalaciones de Defensa australiana así como las agencias de Inteligencia británicas podrían desempeñar un papel clave en este ataque. En particular, Australia se encargaría de la identificación de posibles blancos en Irán.
Otra fuente anónima destacó que existe una gran diferencia entre proveer de información y hacer análisis de las instalaciones de Irán y participar en una misión de combate real.
«El desarrollo de la imagen se diferencia efectivamente de la participación en el ataque», aseveró la fuente.
A pesar de estas declaraciones, el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, había declarado previamente que no había razones para pensar que EEUU quisiera empezar una confrontación militar.
Posteriormente, el secretario de prensa adjunto de la Casa Blanca, Hogan Gidley, declaró que la Administración Trump no puede confirmar las informaciones difundidas por el portal ABC de que EEUU podría estar preparando un ataque contra Irán.
«Yo no puedo confirmar este reporte, le pido que apele al Departamento de Defensa de EEUU con este asunto. Lo que les puedo decir es que el presidente [Donald Trump] dejó muy clara su postura acerca de Irán. Sus acciones desestabilizan la situación en la región mientras que su deseo e intentos de crear armas nucleares son una de las razones por las que Trump calificó el acuerdo nuclear con el país persa de ser el peor que había visto en su vida, el peor de la historia, y por eso retiró a EEUU. Sin embargo, estamos trabajando con nuestros socios para hacer a Irán cambiar de conducta», aseveró Gidley durante una rueda de prensa.
En mayo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la retirada de EEUU del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), que fue firmado en 2015 por Irán, los seis mediadores internacionales (Rusia, Estados Unidos, el Reino Unido, China, Francia y Alemania) y la UE.
Este pacto estableció limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Además, EEUU aseguró que presionaría a sus aliados para que recortaran sus importaciones de crudo iraní y los que se negaran serían sometidos a sanciones.
Tras estas declaraciones empezó un intercambio de amenazas entre las autoridades de ambos países.
Fuente:Sputnik
Según estas fuentes las instalaciones de Defensa australiana así como las agencias de Inteligencia británicas podrían desempeñar un papel clave en este ataque. En particular, Australia se encargaría de la identificación de posibles blancos en Irán.
Otra fuente anónima destacó que existe una gran diferencia entre proveer de información y hacer análisis de las instalaciones de Irán y participar en una misión de combate real.
«El desarrollo de la imagen se diferencia efectivamente de la participación en el ataque», aseveró la fuente.
A pesar de estas declaraciones, el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, había declarado previamente que no había razones para pensar que EEUU quisiera empezar una confrontación militar.
Posteriormente, el secretario de prensa adjunto de la Casa Blanca, Hogan Gidley, declaró que la Administración Trump no puede confirmar las informaciones difundidas por el portal ABC de que EEUU podría estar preparando un ataque contra Irán.
«Yo no puedo confirmar este reporte, le pido que apele al Departamento de Defensa de EEUU con este asunto. Lo que les puedo decir es que el presidente [Donald Trump] dejó muy clara su postura acerca de Irán. Sus acciones desestabilizan la situación en la región mientras que su deseo e intentos de crear armas nucleares son una de las razones por las que Trump calificó el acuerdo nuclear con el país persa de ser el peor que había visto en su vida, el peor de la historia, y por eso retiró a EEUU. Sin embargo, estamos trabajando con nuestros socios para hacer a Irán cambiar de conducta», aseveró Gidley durante una rueda de prensa.
En mayo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció la retirada de EEUU del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), que fue firmado en 2015 por Irán, los seis mediadores internacionales (Rusia, Estados Unidos, el Reino Unido, China, Francia y Alemania) y la UE.
Este pacto estableció limitaciones al programa nuclear iraní para excluir su posible dimensión militar a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
Además, EEUU aseguró que presionaría a sus aliados para que recortaran sus importaciones de crudo iraní y los que se negaran serían sometidos a sanciones.
Tras estas declaraciones empezó un intercambio de amenazas entre las autoridades de ambos países.
Fuente:Sputnik