El presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció este sábado regulaciones a la venta de gasolina -la más barata del mundo- durante un congreso del partido de gobierno que paradójicamente debate flexibilizar los rígidos controles a la economía para superar la crisis.
Aunque no mencionó un alza, Maduro señaló que los actuales precios del combustible no cubren los costos de producción y alientan el contrabando, por lo que propuso regularizar su venta a través del carnet de la patria, tarjeta electrónica que da acceso a los subsidios del Estado.
«La gasolina, decir que se regala es poco, pagamos por echarla (…), tenemos que ir a un uso racional (…) y esto va a impactar cambios en todo el transporte automotor», señaló el mandatario durante el foro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Para ello, Maduro dijo que entre el 3 y el 5 de agosto se realizará un censo -a través del carnet de la patria- a «todo el que tenga un vehículo».
Venezuela tiene la gasolina más barata del mundo: con un dólar se pueden pagar más de tres millones de litros y el gobierno socialista denuncia que mafias la contrabandean hacia otros países.
Maduro anunció el miércoles que el 20 de agosto eliminará cinco ceros a la moneda -dos más de lo previsto- y saldrá un nuevo cono monetario, en medio de una inflación que según el FMI podría llegar a 1.000.000% este año.
Con la nueva moneda de menor valor, de 0,5 bolívares (50.000 bolívares de hoy), se podrían adquirir 50.000 litros de nafta.
Analistas consideran que esa distorsión hace muy probable que el gobierno se vea obligado a ajustar los precios de los combustibles.
El aumento de la gasolina es un tema tabú en el país petrolero. El 17 de febrero de 2016, Maduro lo subió por primera vez en dos décadas a 1 bolívar por litro.
Flexibilización cambiaria
En el foro, que a petición del presidente se extenderá hasta el 30 de agosto, se debate la posible eliminación de controles a la economía, que según analistas generaron la grave crisis que disparó la pobreza y empujó a cientos de miles a emigrar.
El ministro de Educación, Elías Jaua, confirmó que abordarán dos propuestas sobre el costo de la gasolina: «Un aumento progresivo del precio de los combustibles y (…) una política de internacionalización de precios».
Jaua acotó que se discutirá otro tema sensible: el régimen cambiario, pues el Estado monopoliza las divisas desde 2003.
«Sobre los ilícitos cambiarios, le voy a entregar esta semana a la Asamblea Nacional Constituyente (que rige el país y está integrada exclusivamente por oficialistas) para que se apruebe una ley que coloque nuevos parámetros y flexibilice el manejo de las divisas convertibles», confirmó Maduro.
Mientras el gobierno controla las divisas de la economía, dependiente de importaciones y en grave crisis -con escasez de alimentos y medicinas-, el mercado negro marca el precio de varios productos básicos.
«Por las buenas o por las malas»
La instalación del congreso, que se realiza cada cuatro años, se produce en medio de un cruce verbal entre Maduro y dirigentes del chavismo que han pedido flexibilizar la política intervencionista del Estado.
El mandatario, que asegura que la inflación es parte de una «guerra económica» de la oposición y Washington para intentar derrocarlo, reconoció este sábado graves fallas de producción en las empresas del Estado.
«Viene un plan para voltear todas las empresas del Estado (…), hay que superar los modelos fracasados de falso socialismo que hemos aplicado», indicó.
Maduro afirmó que con la reconversión monetaria inicia un programa de recuperación económica que aplicará «por las buenas o por las malas».
«El Partido Comunista me propone que nacionalice de manera revolucionaria parte de la economía del país, y eso no está negado (…), porque nosotros vamos a dar un cambio económico, por las buenas o por las malas», aseveró.
Dirigentes del chavismo han reclamado un giro económico, entre ellos Freddy Bernal -colaborador del mandatario-, quien aseguró la semana pasada que «la revolución» es responsable «de lo bueno y lo malo» que ocurre en el país.
«Hay gente que agarra la crítica como una moda, como una pose (…) y el resultado es la nada, y juegan al criticismo, y muchas veces juegan al juego de la contrarrevolución», reaccionó Maduro durante el congreso.
«¿Es acaso una moda y un show el hambre que padece nuestro pueblo? ¿Que no haya medicinas, luz, agua?», expresó antes en Twitter Rafael Ramírez, expresidente de la estatal petrolera PDVSA (2002 y 2013), apartado del gobierno por sus críticas.