Dos explosiones, siete heridos, seis capturados y la reivindicación de un supuesto grupo rebelde es lo que se conoce hasta ahora de los hechos que el presidente venezolano Nicolás Maduro denunció como un intento para asesinarlo, pero quedan muchas dudas.
Por Alex Vásquez /AFP
Lo que se sabe
El ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, confirmó este domingo que el supuesto intento de «magnicidio» contra el jefe de Estado se ejecutó con dos drones controlados a distancia y cargados cada uno con un kilogramo de explosivo C4.
Uno de los drones, indicó el funcionario, se acercó a la tarima en la que el presidente terminaba un discurso por el 81 aniversario de la militar Guardia Nacional, pero fue desorientado con «equipos inhibidores de señales» y explotó fuera del perímetro planificado por los atacantes. Maduro salió ileso.
En la transmisión de la televisora estatal VTV se observa cuando un estruendo sorprende al mandatario, a su esposa Cilia Flores y a los funcionarios que lo acompañaban, quienes miran hacia arriba.
Luego una toma aérea muestra cómo los militares rompen filas y corren asustados. Otro video difundido por VTV muestra a los escoltas de Maduro cubriéndolo con escudos antibalas.
El segundo aparato -según el ministro- perdió el control, cayó y detonó en un edificio cercano a la concentración.
Por lo ocurrido, confirmó Reverol, hay seis personas detenidas, siete militares heridos -tres con pronóstico reservado-, «varios vehículos incautados» y «se han recabado importantísimas evidencias».
Lo que no se sabe
Hasta el momento se desconoce quiénes son los detenidos por las explosiones.
El fiscal general, Tarek William Saab, de línea oficialista, dijo que este lunes revelará sus identidades. «Habrá una sanción implacable», advirtió Saab, testigo del incidente.
Según un informe policial al que tuvo acceso AFP, por la explosión del dron cerca del edificio fue apresado un hombre identificado como César Saavedra.
Reverol subrayó que están «plenamente identificados los autores materiales e intelectuales» dentro y fuera del país.
«No se descartan en las próximas horas otras detenciones», advirtió.
Maduro responsabilizó del ataque a la «ultraderecha», como se refiere a la oposición, y al presidente colombiano, Juan Manuel Santos. Afirmó también que los «financistas» del plan están en Estados Unidos.
La cancillería colombiana calificó de «absurdos» los señalamientos, mientras John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de Donald Trump, aseveró que «no hubo absolutamente ninguna participación del gobierno estadounidense».
Un supuesto grupo rebelde, Movimiento Nacional Soldados de Franelas, se atribuyó el ataque, según un comunicado difundido por una periodista venezolana opositora radicada en Estados Unidos.
El grupo aseguró estar integrado por militares y civiles.
Aunque Reverol dijo que ambos drones estaban controlados por «terroristas», el fiscal sostuvo que uno de esos aparatos grababa el acto. «Pude observar cómo el dron que filmaba los hechos explotó», dijo a CNN.
El incendio del apartamento en el edificio cercano también generó confusión. Un policía dijo a la AFP bajo anonimato que desde allí habrían salido los drones y que uno estalló; pero otras versiones señalan que en realidad explotó accidentalmente una bombona de gas.
La prensa local divulgó un video de Katherine Pita, quien vive en el edificio, descartando la versión de la bombona de gas.
«En este apartamento no había ninguna bombona de gas, simplemente fue un dron casero que chocó contra el edificio y explotó», indicó la mujer al sitio caraotadigital.net.
Carlos Delgado, director del Centro de Investigación de la Comunicación de la Universidad Católica Andrés Bello, dijo a AFP que «las contradicciones» sobre lo ocurrido indican que fue un hecho que sorprendió al gobierno.
«El gobierno simularía un atentado para justificar represión, pero los militares fueron vistos correr. No sería el efecto buscado», precisó.
El politólogo Luis Salamanca, por su parte, afirmó que «nadie sabe exactamente» lo que pasó, «ni siquiera el gobierno».
«No podemos razonar con base en hechos inciertos, manipulados por las partes. Esto de un grupo que se atribuye el hecho, ¿cómo darle veracidad? Es un mundo de versiones donde la verdad está ausente. No hay un órgano independiente que haga una investigación seria», aseveró.
AFP