El Gobierno de Venezuela aceleró hoy la puesta en marcha de los ajustes con los que espera sacar al país de su grave situación económica y negó que exista una crisis migratoria en la región por un masivo desplazamiento de venezolanos.
El presidente Nicolás Maduro anunció que desde el próximo martes regirá en Venezuela un nuevo plan de cobro de la gasolina y, aunque no lo explicó con detalle, señaló que será similar al «internacional» y que iniciará en 41 municipios fronterizos.
«El 4 de septiembre arranca en 41 municipios del mapa venezolano a nivel fronterizo el nuevo sistema de cobro de la gasolina a través del carnet de la patria para probar todos los mecanismos (…) y en el transcurso de la próxima semana les diré las formas de subsidio de la gasolina que se aplicarán en fecha por anunciar», dijo.
Indicó que en la frontera la gasolina venezolana, la más barata del mundo, costará más de lo que vale en el vecino Colombia, esto como parte de su plan para evitar el contrabando de combustible hacia ese país, que según Maduro genera pérdidas de hasta 18.000 millones de dólares al año.
«Les voy a poner la gasolina internacional, es más, anuncio: voy a poner un precio superior a la gasolina de Colombia en toda la frontera, ya basta de que nos roben. Ya basta», aseguró.
Los venezolanos que estén registrado en el llamado carnet de la patria, un censo paralelo que el Gobierno de Maduro asegura le permite controlar la entrega de ayudas sociales, obtendrán subsidios en la compra de gasolina.
La metodología de estos subsidios no ha sido anunciada aún.
El aumento del precio de la gasolina se inscribe dentro de las recientes medidas anunciadas por Maduro -varias en práctica desde la semana pasada-, que incluyen congelación de precios, incremento de salarios y una reconversión monetaria que suprimió 5 ceros a la moneda.
Efe ha podido constatar que tras la implementación de las medidas los anaqueles de los supermercados y farmacias del país se encuentran vacíos.
La oposición, por su parte, rechaza el paquete y ha alertado que podría conducir al deterioro del ya frágil tejido industrial del país.
Esta crisis económica, que se expresa en desabastecimiento y una hiperinflación que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) cerrará el 2018 en 1.000.000 %, han producido un éxodo de venezolanos que según el Parlamento, que controla la oposición, se ubica en al menos 4.000.000 de personas y hecho saltar alarmas en la región, que ya estudia la manera de afrontar estas movilizaciones.
Pero la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, negó hoy estos datos y, en cambio, aseguró que el país lidera, solo detrás de Argentina, la recepción de inmigrantes en Suramérica.
«Venezuela tiene un flujo migratorio que como vimos es uno de los más bajos de la región, el segundo más bajo de Suramérica», dijo la funcionaria tras sostener una reunión con representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Caracas.
Aseguró que todas las acciones tomadas por varios países latinoamericanos ante la reciente llegada de miles de venezolanos constituyen «un plan perverso y maquiavélico para atentar contra Venezuela y para justificar una intervención».
«Lo que se está demostrando es la falsedad, se está construyendo de forma artificial (…) una matriz para justificar la intervención de Venezuela y esa matriz se llama crisis humanitaria», dijo.
Según la funcionaria, los venezolanos que han abandonado el país lo han hecho «por razones personales, porque creen que pueden tener mejor trabajo, mejores condiciones económicas» y no por desplazamientos forzosos debido a violaciones de derechos humanos como ocurre, remarcó, en Colombia.
Por ello, denunció la puesta en marcha de una «gran operación» contra Venezuela, supuestamente impulsada por el Gobierno de Estados Unidos, los países americanos que integran el Grupo de Lima y algunos «factores» de la Unión Europea (UE) y que «pretenden imponer a la comunidad internacional».
«No existe tal situación de crisis humanitaria en Venezuela y no nos cansaremos de decirlo y de denunciarlo», subrayó.EFE
rgc/dmt