Venezuela expresó este jueves su «más enérgico repudio» a las declaraciones del titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien abogó por llevar al presidente Nicolás Maduro ante la justicia internacional, tras reunirse con el mandatario colombiano, Iván Duque.
«El Gobierno de Venezuela expresa su más enérgico repudio a las hostiles e infames declaraciones proferidas por el presidente de la Comisión Europea (…), en las que dejó en evidencia su respaldo a las tesis desestabilizadoras que algunos gobiernos belicistas pretenden imponer en Venezuela», reseñó la Cancillería en un comunicado.
El gobierno socialista acusó a la Unión Europea (UE) de desviar la atención de los problemas de Europa para «plegarse a posiciones ofensivas (…) que tienen como fin último provocar la ruptura del orden constitucional en Venezuela».
«Resulta inaceptable que, sobre la base de las reiteradas mentiras argüidas por Iván Duque, en su afán de lucrarse de los dineros europeos, las más altas autoridades burocráticas de la Unión Europea desvíen su atención de los múltiples problemas de Europa», subrayó el escrito.
En el comunicado se «insta a las altas autoridades» de la UE «a descartar la agresión y la ofensa como método de relacionamiento externo, y a retomar la relación de igualdad, respeto y transparencia».
El miércoles, luego de un encuentro en Bruselas con Duque, Juncker defendió el papel de Colombia en la acogida de migrantes venezolanos y dijo a periodistas que Maduro «tiene que ser llevado ante los tribunales».
Por su parte, Duque, en la presidencia desde agosto, agradeció a la UE la ayuda financiera para hacer frente a la llegada de migrantes venezolanos y subrayó su objetivo de «seguir denunciando los atropellos de la dictadura en Venezuela».
La UE dispuso en junio 35 millones de euros (39,8 millones de dólares) para enfrentar la ola migratoria de venezolanos y ayudar a los países vecinos.
Según la ONU, 2,3 millones de venezolanos (7,5% de la población de 30,6 millones) vive en el exterior, de los cuales 1,9 millones han emigrado desde 2015, cuando empeoró la crisis económica. Unos 870.000 residen en Colombia y unos 200.000 en España, según estas cifras.
El éxodo en Venezuela es forzado por una hiperinflación que treparía a 1.350.000% en 2018, según el FMI, combinada con escasez de medicamentos y bienes básicos.