El funcionario de la Policía Municipal de Vargas Roberto Ezequiel Toledo Suárez, de 22 años de edad, fue asesinado por un efectivo policial del mismo cuerpo, que lo sorprendió mientras dormía en la habitación asignada en la Brigada Montada, ubicada en el sector La Llanada, parroquia Caraballeda.
Tras el interrogatorio del Cicpc Vargas, el oficial activo de la Policía Municipal de Vargas Luis Alfonso Araujo Rojas, de 19 años de edad e integrante de la última promoción de egresados de la Universidad Nacional Experimental de Seguridad (Unes), confesó haber dado muerte a su compañero tras discutir por una deuda de 50 dólares que debía cancelar a Toledo.
De acuerdo con fuentes de la policía científica, Araujo Rojas, quien era parte de la Brigada Ciclística de la Policía Municipal, mantenía una deuda con Toledo. Este habría reclamado el pago en múltiples ocasiones y habían tenido enfrentamientos verbales en el comando central del cuerpo policial adscrito a la Alcaldía de Vargas.
“El sábado, Toledo y otro compañero estaban de guardia en la Brigada Montada. El compañero salió a buscar el almuerzo y Toledo quedó solo. Ese momento fue aprovechado por Araujo, quien estaba de guardia en el sector El Teleférico de Macuto, y pidió permiso para dirigirse hasta Caribe a cumplir un compromiso personal. Araujo entró a la Brigada Montada y encontró a Toledo recostado y le dio un tiro en la sien, ocasionándole la muerte de inmediato. Para simular el robo, Araujo se llevó dos teléfonos del fallecido y su pistola de reglamento, que fueron recuperadas tras su confesión”, explicó una fuente del Cicpc-Vargas.
Tras las primeras pesquisas, las sospechas se concentraron sobre Araujo Rojas, primero por los enfrentamientos previos con Toledo, y luego por las pruebas aportadas por los videos de las cámaras de seguridad de la avenida José María España, que demuestran su permanencia en las inmediaciones de la brigada montada en el horario en el que sucedió el asesinato.
El oficial Toledo es velado por sus familiares en el sector El Arenal de Carayaca, donde era apreciado por sus vecinos.