El Gobierno colombiano atribuyó hoy viernes a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) la autoría del atentado terrorista contra la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá que ayer dejó por lo menos 21 muertos, incluido el atacante, y dejó 68 heridos.
«De un tajo un acto terrorista cometido por el ELN segó esas vidas», dijo en una rueda de prensa el ministro de Defensa, Guillermo Botero, al referirse a las 20 víctimas mortales, de quienes dijo que eran todos cadetes de la Policía, «con unas edades de entre 17 y tal vez 22 años».
El atentado fue perpetrado en la mañana de ayer con un carro bomba cargado con 80 kilos del explosivo pentolita que fueron detonados dentro de la Escuela de Cadetes de la Policía General Francisco de Paula Santander, en el sur de Bogotá.
El ministro confirmó que el autor material del atentado fue José Aldemar Rojas Rodríguez, de 56 años, de quien dijo que era conocido con el alias de «el Mocho» o «Kiko» porque entre 2008 y 2010 perdió su mano derecha al manipular explosivos.
«Se trata de un explosivista de la guerrilla que perdió su mano derecha y que desde 1994 se desempeñó como miliciano del ELN en Puerto Nuevo, en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela», agregó.
Botero afirmó que Rojas Rodríguez «hizo parte del frente Domingo Laín Sáenz», uno de los más poderosos del ELN, que opera en la zona de Arauca, donde ha perpetrado numerosos atentados contra la infraestructura petrolera.
«El autor material de este acto terrorista es miembro del Ejército de Liberación Nacional (ELN)», afirmó por su parte el fiscal general de Colombia, Néstor Humberto Martínez, que también intervino en la rueda de prensa celebrada en la Casa de Nariño, sede presidencial.
Martínez, que junto con el ministro Botero dio detalles de la manera como se produjo el atentado y de las investigaciones que se llevan a cabo, aseguró que las autoridades tienen «documentos que así lo acreditan», sobre la pertenencia del terrorista al ELN.
«Debo decir que la Fiscalía imputará responsabilidades a título de determinadores a los miembros del Coce (Comando Central) del Ejército de Liberación Nacional», agregó el fiscal.
El Gobierno y el ELN iniciaron en febrero de 2017 unos diálogos de paz que actualmente están suspendidos y cuya continuidad queda aún más en entredicho después de este atentado, según analistas.
Al respecto, el alto comisionado de Paz, Miguel Ceballos, reiteró la postura del presidente colombiano, Iván Duque, de que no habrá negociaciones de paz con ese grupo mientras persista en su actividad criminal, entregue a todas las personas que tiene secuestradas y renuncie a seguir cometiendo ese delito.
«También ha dicho que no habrá ningún espacio de diálogo si continúa con los actos criminales, y hoy estamos lamentando este acto criminal (…) Frente al terrorismo el presidente Duque y su Gobierno no vamos a ceder y no vamos a negociar», expresó.
Según el funcionario, «es importante en este momento que el país entienda que el ELN no ha hecho una sola manifestación de su voluntad de paz» y añadió: «el Gobierno sabe y entiende que el ELN no tiene voluntad de paz».
Ceballos aseguró que esta misma mañana se reunirán con Duque «para conversar sobre los detalles que se presentan al país» y después de ese encuentro el mandatario «hará un anuncio sobre la decisión del Gobierno nacional frente ese grupo armado organizado».
El alto comisionado afirmó también que durante los 17 meses en que el anterior Gobierno mantuvo diálogos con el ELN, primero en Quito y luego en La Habana, esa guerrilla cometió «más de 400 actos contra la ley, actos de terrorismo, de violación de derechos de los colombianos» y asesinó a «más de cien personas».
Igualmente dijo que desde que Duque asumió la Presidencia, el pasado 7 de agosto, «el ELN ha secuestrado nueve personas» que se suman a las que ya tenía cautivas y ha perpetrado 33 voladuras del oleoducto Caño Limón-Coveñas, de las cuales cinco han sido cometidas en lo que va de 2019. EFE