Juan Barreto junto a Reinaldo Quijada, Olly Millan, Héctor Navarro, Enrique Ochoa Antich, proponen una salida antes la crisis del país a través de la denominado chavismo originario o chavismo sin Maduro.
Caracas
El dirigente político y fundador del movimiento Redes, Juan Barreto, sugiere establecer una plataforma como hoja de ruta democrática, que permita y facilite la salida de la crisis política y económica que experimenta el país en los actuales momentos.
Según Barreto “es urgente y necesario establecer una hoja de ruta democrática que tenga como norte la realización inmediata de un referendo consultivo, previa renovación del Consejo Nacional Electoral (CNE), y con la ayuda internacional del grupo de contacto de la comunidad económica europea, y los gobierno de México y Uruguay.
Barreto junto a Reinaldo Quijada, Olly Millan, Héctor Navarro, Enrique Ochoa Antich, proponen una salida antes la crisis del país a través de la denominado chavismo originario o chavismo sin Maduro.
Los puntos principales de la hoja de ruta
Barreto resaltó que la solución a la crisis política y económica pasa por el restablecimiento de los poderes público, nuestra plataforma como hoja de ruta democrática constas de los siguientes puntos: “Renovar el Consejo Nacional Electoral (CNE) con ayuda internacional: Papa Francisco, gobierno de México, presidente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para que sirvan de mediadores y garantes para garantizar la paridad en el Poder Electoral, además debemos convocar referendo consultivo para que los venezolanos decidan si se deben convocar elecciones generales para re institucionalizar los Poderes del Estado”
Barreto destacó que “La disyuntiva del país está ante dos élites irresponsable: un Gobierno catastrófico que ha llevado al país a unos niveles nunca visto y una oposición que se deja manipular por las mafias más enconadas del gobierno de los Estados Unidos”, destacó.
En este mismo sentido Barreto afirmó “descoco la legitimidad de Juan Guaidó como presidente autoproclamado de Venezuela, es el presidente la Asamblea Nacional (AN) y debería dedicarse a legislar en el marco de la institución a la cual preside, y dejar de lado la conspiración y la estrategia golpista auspiciada por el imperio del norte.
Una invitación
El profesor universitario Barreto afirma “es urgente y necesario dejar de jugar a la guerra, por los sectores más radicales de oposición venezolana. Es necesario entender que no podemos llegar a una confrontación bélica con una superpotencia. En las guerras no hay ganadores, el mejor general es el que logra ganar la batalla en la mesa de negociación. El papel de la Fuerza Armada Nacional es hacer cumplir la Constitución y las leyes.”, destacó.
Barreto resalto que “Nicolás Maduro y la oposición venezolana incitan a una guerra entre venezolanos y por esa razón consideró que debe promoverse la realización de un referéndum consultivo para que el pueblo sea quien verdaderamente elija”
En este mismo orden de ideas destacó que “En su opinión, si la ciudadanía venezolana se pronuncia solicitando paz y elecciones, los guerristas quedarían contra la pared.
El dirigente político aseguró que “debe dejarse de ver al pueblo como un muñeco que observa cómo las élites encontradas se disputan el poder de la nación. Es el pueblo es el que debe decidir la ruta y el camino”, subrayó.
Barreto en medio del debate nacional destaca que “se puede establecer la llegada de una ayuda humanitaria a través de organizaciones internacionales acreditadas como Unicef, FAO o la ONU y de las cuales Venezuela forma parte, pero eso si con el acompañamiento de nuestros aliados internacionales como el nuevo gobierno de México y el gobierno de Uruguay”, señaló.
Para finalizar destacó que “Paralelo al cumplimiento de esta Plataforma como hoja de ruta democrática, es necesario el crearse un plan económico de emergencia, que permita oxigenar las finanzas y el bolsillo de los venezolanos.
DOCUMENTO OFICIAL DEL MOVIMINETO CHAVISMO SIN MADURO EVITEMOS LA GUERRA: REFERENDO CONSULTIVO CON NUEVO CNE PARA RELEGITIMAR LOS PODERES PÚBLICOS
Ante la tragedia histórica que sufrimos como nación, quienes suscribimos el presente documento nos dirigimos al país a los fines de expresar lo siguiente:
1. Más allá de los argumentos constitucionales y legales acerca de los actos políticos que han tenido lugar con el ejercicio del Poder Ejecutivo, ellos revelan la profundidad de la crisis política, económica y social y de la fractura nacional que padecemos los venezolanos.
Hoy pretenden disputarse la legitimidad del poder dos actores polarizados bajo el imaginario del «doble poder»: dos TSJ, dos parlamentos, dos fiscales, y ahora dos presidentes que se acusan recíprocamente de «usurpadores».
Sólo faltaría que dos ejércitos decidan enfrentarse con las consecuencias y responsabilidades que eso puede tener en términos de vidas y de destrucción del país.
Nosotros apostamos a la unidad de la nación, a su integridad territorial y al reconocimiento del pluralismo político en su diversidad y convivencia democrática, tal como está claramente establecido en el Título I sobre Principios fundamentales de nuestra Constitución.
2. Alertamos en particular al gobierno pero también a algunos sectores extremistas de la oposición, que animar la confrontación en búsqueda de una mítica «batalla final» que nunca lo es, significa jugar con fuego sobre la vida de nuestro pueblo, literalmente.
Propiciar la caotización de la República nunca tendría buenos resultados. Los peligros son varios: más violencia, guerra civil, la disolución del Estado-nación como comunidad política o la eventualidad de una intervención militar extranjera que rechazamos enérgicamente desde nuestra postura patriótica.
Nos parece una irresponsabilidad del gobierno y de la mayoría de quienes integran la AN, no actuar para evitar, mediante el diálogo y la negociación, sino para propiciar una confrontación que ellos saben al final se saldaría en muertes, destrucción y pérdida de nuestra soberanía y dignidad como pueblo.
3. Nunca como ahora tiene pertinencia la práctica por el encuentro, el diálogo, la negociación y el acuerdo. Nunca como ahora se requiere respetar los derechos democráticos del pueblo.
No bastan las declaraciones ni los llamamientos retóricos. El alto gobierno está obligado a dar testimonios reales de que está dispuesto a explorar acuerdos aceptables para todos, que contribuyan a lograr la convivencia democrática del país.
Exigimos que se produzca la inmediata restitución del régimen de libertades y garantías establecidas en la Constitución, la libertad de todos los presos políticos no incursos en delitos de lesa humanidad y graves violaciones a los derechos humanos, la rehabilitación de organizaciones políticas y de sus voceros, el cese a la intimidación y la represión masiva y selectiva a los dirigentes de las comunidades que protestan y el respeto al ejercicio pleno de sus derechos constitucionales.
4. Reconocemos y alentamos a todos los países y organizaciones multilaterales dispuestos a facilitar, acompañar y garantizar un proceso de diálogo y negociación en Venezuela, como una salida electoral y pacífica al conflicto interno, con transparencia y garantías.
Pedimos en particular la mediación del Secretario General de la ONU, del Parlamento Latinoamericano y el Caribe (Parlatino), de los presidentes de Uruguay y de México, y requerimos así mismo los buenos oficios del Papa Francisco y del Vaticano. A todos ellos nos queremos dirigir públicamente, agradecer su disposición como mediadores y solicitarles que sigan insistiendo en esa propuesta, que pueda jugar un papel fundamental para facilitar un proceso de negociación sustentado en un dialogo social en Venezuela y la búsqueda de una salida electoral para evitar la guerra, todo en favor de los derechos constitucionales y en función de la paz.
5. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana tiene mucho que decir y hacer para evitar y repeler cualquier intervención militar extranjera; también a ella le corresponde actuar en el marco constitucional para evitar una guerra civil que podría significar miles de muertes, destrucción y pérdida de la soberanía.
La FANB puede y debe jugar un papel fundamental en la búsqueda de una salida a la crisis en el marco de la Constitución y del ejercicio de la autodeterminación del pueblo venezolano a través del diálogo y la conciliación, para evitar la guerra y garantizar la soberanía de la Nación, sin apartarse de su compromiso de no arremeter contra su propio pueblo.
6. Exigimos una tregua inmediata del conflicto agudizado desde el 23E para lo cual proponemos:
a) Conformar ya un contacto entre el alto gobierno y la AN.
b) Dentro de condiciones para un pacto de gobernabilidad (como la designación de un CNE por consenso de interés nacional), convocar un referendo consultivo (procedimiento democrático y participativo presente en la Constitución y mucho más expedito que unas elecciones generales) con observación amplia y calificada de la ONU, que consulte al soberano, el pueblo, si está de acuerdo o no en la convocatoria de unas elecciones generales que permitan la relegitimación de los Poderes Públicos.
7. Nos constituimos en Plataforma por el Referendo Consultivo, abierta a todos los defensores de la paz, la soberanía y los derechos sociales, para concertar esfuerzos orientados a persuadir a todos los actores.
El referendo consultivo puede ser convocado mediante acuerdo incluso a la vez por el gobierno y por la AN. Por nuestra parte, impulsaremos un proceso de recolección de firmas, tal y como pauta la Constitución.
8. Contactaremos a todos los partidos de oposición representados en la AN y debatiremos con ellos el mejor camino a seguir.
Contactaremos al gobierno, al PSUV y a los demás partidos del Polo Patriótico con el mismo propósito.
De igual modo contactaremos al pueblo venezolano.
9. Contactaremos a actores internacionales diversos como las Naciones Unidas, la Unión Europea, y a los gobiernos de México y Uruguay. Saludamos con gran expectativa en defensa de la paz de nuestra patria, la Conferencia Internacional de Montevideo sobre la crisis en Venezuela convocada por los presidentes de México y Uruguay, la cual debe ser apoyada por el Parlamento Latinoamericano y todas las corrientes religiosas y fuerzas sociales amantes de la paz.
10. Proponemos la conformación de un amplio movimiento por la paz y la democratización nacional, para lo cual contactaremos a trabajadores y organizaciones sindicales y gremiales, movimientos sociales, organizaciones políticas, grupos de opinión e iglesias, y a todas aquellas organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la paz.
Yahvé Álvarez