El exjefe de contrainteligencia militar Hugo Carvajal, considerado uno de los hombres de confianza del fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, (1999-2013), volvió este viernes a la cárcel por un delito económico relacionado con el lavado de dinero procedente del tráfico de drogas.
El general venezolano de 59 años, que ha sido detenido por las autoridades de España a solicitud de Estados Unidos, estuvo tras las rejas en Aruba, territorio holandés, en julio de 2014, también orden del país norteamericano que lo reclamaba por delitos de narcotráfico relacionados con la guerrilla colombiana FARC.
La detención en ese entonces duró apenas tres días, pues Carvajal había sido nombrado cónsul general de Aruba en enero de ese año, pero para la fecha no tenía las credenciales que lo acreditaran como tal.
Tras su liberación, el militar volvió a Venezuela y fue recibido por el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, como un «patriota».
Maduro incluso llegó a señalar, en aquel momento, que lo defendería «con todas las posibilidades y con toda la fuerza del Estado venezolano en el marco de la ley internacional».
El militar, que estuvo a cargo de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) durante más de siete años bajo la Administración de Chávez y de Maduro, actualmente es diputado por el chavismo, pero en 2017, en medio de las protestas antigubernamentales, comenzó a mostrar indicios de desacuerdos con el Ejecutivo.
Para ese año, en una entrevista con Efe, en la que declaró que morirá como chavista, señaló la necesidad de que existiera un acuerdo entre el oficialismo y la oposición, pues a su juicio el país se encontraba a «las puertas de una guerra civil».
Aseguró que la situación de Venezuela era «el resultado de una economía en crisis», aunque no responsabilizó directamente al Gobierno, que en ese momento, había llamado a la elección de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) a fin de solucionar los problemas del país.
Carvajal consideraba que este foro no resolvería la problemática de Venezuela.
El diputado terminó de darle la espalda al Gobierno en febrero de este año cuando reconoció al jefe del Parlamento, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela, luego de que el legislador se proclamara como tal en enero al considerar un «usurpador» a Maduro.
En un pronunciamiento, que publicó a través de su cuenta en Twitter, pidió a Maduro asumir su responsabilidad ante la crisis del país como, según él, lo hizo Chávez el 11 de abril de 2002 cuando ocurrió el golpe de Estado contra él y se registraron al menos 20 muertos.
El militar instó así a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a rebelarse contra Maduro tras considerarlo un «usurpador» de la Presidencia por haber ganado unas elecciones tachadas de «fraudulentas».
Carvajal también reprochó la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado porque, según señaló, cometen «atropellos, vejación, tortura y terror y todo por cumplir al margen de la ley y con total impunidad con la estrategia represiva de este Gobierno».
Después de esta declaración del militar, Guaidó también pidió a la Fuerza Armada -que aún se sigue declarando leal a Maduro-, seguir los pasos de Carvajal.
Por su parte, el líder oficialista, Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo, indicó que le causaba «dolor» la «traición» del militar.
Cabello, quien además es el presidente de la ANC y primer vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), señaló incluso que Carvajal iba a terminar repudiado.
EFE