Las filas de vehículos se multiplicaban en las gasolineras para cargar combustible, mientras la gente hacía largas filas en los escasos cajeros automáticos que permanecen operativos
SANTIAGO. Las calles de la capital de Chile se han convertido en tierra de nadie a pesar de la presencia de miles de militares desplegados, mientras los estados de emergencia y toques de queda no evitan los saqueos y disturbios en la capital, donde se reproducen también en cada barrio con vecinos haciendo cacerolazos.
Efe informa que recorrer las calles de la urbe chilena ofrece una imagen entre una aparente normalidad y el caos más desatado, una bipolaridad que se repite en cada barrio de Santiago mientras Carabineros y el Ejército no son capaces de tomar el control de la situación después de tres días de disturbios.
El Gobierno del presidente Sebastián Piñera decretó el estado de emergencia en la madrugada del sábado y esa misma tarde estableció un toque de queda hasta la mañana de este domingo, sin embargo, las medidas excepcionales no han servido para devolver la normalidad a la ciudad.
Desde que se levantó la restricción de las libertades de movimiento a las siete de la mañana (10.00 GMT) los ciudadanos de Santiago han tratado de comenzar el día con normalidad.
Algunos salieron en familia a montar en bicicleta mientras en la acera de enfrente dueños de supermercados, farmacias o concesionarios de vehículos recogían los destrozos ocurridos en sus locales en la víspera.
Las filas de vehículos se multiplicaban en las gasolineras para cargar combustible, mientras la gente hacía largas filas en los escasos cajeros automáticos que permanecen operativos para conseguir efectivo y en las pocas tiendas de alimentos abiertas se agolpaban personas hasta agotar las existencias.
Una dualidad constante en cualquier lugar de Santiago. Mientras unos barren los cascotes y destrozos de la calle para que el tráfico fluya con aparente normalidad, dos calles más allá encapuchados fuerzan las mallas metálicas de los cierres de algunos comercios.
Rechazo a intervención y los “insultos de Maduro”
El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Teodoro Ribera Neumann, rechazó enérgicamente “la intervención del régimen de Nicolás Maduro y los insultos de los funcionarios tras protestas sociales que se han desatado en las últimas horas en el país sudamericano”, informó el portal 800 Noticias.
“En Chile resolvemos nuestras diferencias en democracia, respetando los derechos humanos de todos sus habitantes, incluidos los más de 400 mil venezolanos que han elegido vivir con nosotros”, manifestó el canciller chileno a través de su cuenta oficial en Twitter.
A través de su cuenta de Twitter Nicolás Maduro se “solidarizó” con el pueblo de Chile en resistencia contra las criminales políticas neoliberales. En el mismo mensaje dice: “Abogo por el cese de la violencia y la brutal represión que vulnera los DD.HH. de la población”.