El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, arremetió hoy contra el «afán» de hegemonía de Estados Unidos, y abogó por una ONU democrática y sin vetos, en su intervención en la decimoctava cumbre del Movimiento de Países No Alineados.
Díaz-Canel afirmó que Cuba no puede permanecer indiferente frente al «abierto desprecio de Estados Unidos y otros gobiernos por los justos reclamos de las naciones del sur ante la obscena politización de los derechos humanos y el irrespeto flagrante al derecho de los pueblos a decidir su sistema político, socio-económico y cultural».
El presidente de Cuba reiteró la solidaridad de su país «con todos los pueblos por que se reconozca su libre derecho a la autodeterminación» y su rechazo a las «decisiones unilaterales de Estados Unidos en apoyo a Israel y contra Irán, que incrementan la inestabilidad en la volátil región de Oriente Medio».
Pero sobre todo manifestó su «enérgico rechazo a las campañas de Estados Unidos contra fuerzas políticas, líderes de izquierda y gobierno progresistas de América Latina y el Caribe».
Se solidarizó con «el presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro, la revolución bolivariana chavista y la unión cívico-militar de su pueblo, que ha sabido defender la soberanía del país frente a las mayores amenaza y peligros».
«Reafirmamos igualmente nuestro apoyo y solidaridad con el Gobierno de Nicaragua ante los intentos estadounidenses de desestabilizar a esa hermana nación», dijo Díaz Canel.
Además, felicitó al pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia por su «activa participación en el proceso electoral y al presidente Evo Morales Ayma por su reelección».
«Denunciamos el intento de golpe de Estado, la campaña de tergiversaciones, desestabilización y violencia desatada por sectores de la oposición e instigada por Estados Unidos contra la paz y la seguridad ciudadana en Bolivia, señaló el presidente cubano en alusión a las protestas de los opositores que denuncian fraude electoral.
Según Díaz-Canel, «la Bolivia de los pueblo originarios y vilipendiados durante siglos que fue colocada por su extraordinario líder entre los países con mayor crecimiento y reservas» de América Latina.
El mandatario cubano criticó duramente la decisión de activar el Tratado Interamericano de Asistencia recíproca (TIAR), que -dijo- está orientado a «respaldar militarmente el afán estadounidense de revivir la doctrina Monroe en el trasnochado empeño de hacer grande a América costa de recuperar a las naciones libres del continente como su traspatio».
«Durante la Guerra Fría nos llamaron tercer mundo. Se suponía que al no pertenecer a un bloque o a otro estaríamos libres de las guerras, pero nuestro pueblos saben, porque nos tocó poner los muertos y las pérdidas, que si alguna vez la armas se enfriaron fue solo entre los poderosos», dijo
Agregó que prácticamente no existe una nación de Asia, África y América Latina que no haya sufrido el doloroso costo de las guerras de liberación o intervención de baja, mediana o alta intensidad durante la segunda mitad del siglo XX y hasta nuestros días.
«Los poderosos desde sus confortables espacios blindados han convertido a nuestros países en laboratorios y mercados de sus armas, dejando como saldo millones de muertos, desplazados, refugiados, hambrientos, violentados», sostuvo Díaz-Canel.
Según el presidente cubano, «la tercera guerra mundial no es la próxima guerra, es la guerra sin fecha de comienzo ni cálculo de fin que hace años desangra a naciones nobles y pacíficas con armas de los ejércitos imperiales, soldados mercenarios y terroristas disfrazados de libertadores en nombre de la libertad, la democracia los derechos humanos».