l Banco Central argentino confirmó este lunes medidas cambiarias más severas de las que regían hasta el momento, y su presidente, Guido Sandleris, aseguró que las medidas se toman para «cuidar las reservas» y otorgar «más grado de libertad» al nuevo Ejecutivo de Alberto Fernández.
Como ya se adelantó el domingo por la noche, después de conocerse la victoria del peronista Fernández sobre el actual presidente, Mauricio Macri, el nuevo límite a la compra mensual de dólares se estableció en los 200 para las transacciones bancarias y 100 en efectivo, informó Sandleris en rueda de prensa.
«Tomamos esta medida que tomamos para cuidar las reservas y le va a permitir al próximo Gobierno contar con más libertad para diseñar su política económica», afirmó, al tiempo que recalcó que durante los próximos meses trabajará con miembros del equipo de Fernández, cuya futura vicepresidenta será Cristina Fernández, jefa del Estado entre 2007 y 2015.
Las medidas tendrán vigencia durante el proceso de transición política – Fernández toma posesión el 10 de diciembre – y suponen una reducción significativa del límite de 10.000 dólares mensualesque había anunciado a principios de septiembre el Gobierno de Macri, perdedor de las elecciones de ayer.
«Sé que estas medidas, aún siendo transitorias, son muy estrictas y afectan a muchas personas«, lamentó Sandleris.
Desde el Banco Central notaron la semana pasada un «aumento importante en la demanda de dólares por parte de las personas» – el dólar se encareció poco a poco durante la semana, antes de las elecciones – y que por ello en la entidad creían que «existía el riesgo» de que ello continuara durante la semana, otro de los motivos por los cuales tomaron la medida.
La decisión se confirmó horas después de materializarse el triunfo de Fernández, que asumirá en medio de la grave crisis económica que transita el país desde hace más de un año y medio, con una falta de confianza en los inversores que provoca una fuerte fuga de divisas.
Esta medida, que en Argentina se conoce como «cepo», busca «preservar las reservas del Banco Central», que, al usarse para controlar el precio del dólar, se han reducido en más de 20.000 millones de dólares desde agosto