El juicio contra una institución de Phoenix (Arizona, EE.UU.), que recibía cuerpos sin vida con fines científicos, inició este lunes tras una denuncia por usar los cadáveres con otros propósitos. Un agente retirado del FBI testificó haber encontrado una mesa repleta con piernas humanas cortadas, cabezas en un refrigerador y torsos sin cabeza ni extremidades.
El exagente Mark Cwynar relató al tribunal que en 2014, durante una redada en el Centro de Recursos Biológicos, encontraron un torso al que le habían quitado la cabeza y le cosieron una más pequeña, comparando el hallazgo con Frankenstein. «Algunas personas se negaron a volver al lugar», reconoció durante el juicio civil.
Cadáveres para pruebas militares
Familiares de 23 personas fallecidas, cuyos restos fueron donados a la institución, sostienen que los restos de sus seres queridos fueron mal manejados y que se los engañó. Los demandantes alegan que se cometió fraude cuando la compañía afirmó que los restos serían utilizados para investigaciones médicas, sin embargo en al menos dos casos los restos fueron comercializados para usarlos en pruebas militares con explosivos.
Las familias también aseguran que recibieron cajas con los supuestos restos cremados de sus familiares, tal como se les había prometido, pero después descubrieron que los cuerpos habían sido vendidos o que aún se encontraban en las instalaciones.
El propietario de la compañía, Stephen Gore, se había declarado culpable en 2015 por estar implicado en un delito grave por el mal manejo de partes de cuerpo donadas. En este nuevo proceso judicial, su abogado Timothy O’Connor sostuvo que los donantes firmaron formularios que otorgan el consentimiento para diseccionar los cuerpos y que es legal que la compañía buscara obtener ganancias.
Lucraron con los restos
Por su parte, el abogado que representa a las familias afectadas, David TeSelle, dijo al jurado que se prometió a los donantes que los restos de sus familiares serían tratados con respeto y dignidad, nunca se les avisó que serían mutilados o vendidos con fines de lucro a terceros. «Este es un caso de honestidad, dignidad y respeto debido a un ser querido», señaló TeSelle.
De acuerdo con una lista de 2013, un cuerpo sin hombros ni cabeza podía adquirirse a 2.900 dólares; el torso y la cabeza, a 2.400; una pierna costaba 1.100 dólares; un pie, 450; una rodilla, 375; y una pelvis tenía un valor de 400 dólares.