Impactados y abatidos por el dolor. Así están los parientes, y en especial la madre, del falconiano Gabriel Enrique Gómez Luzardo, asesinado en la entrada del centro comercial Mall Plaza, en Manizales, Colombia.La progenitora, repite entre sollozos: «Me traje a mi hijo para salvarle la vida y acá me lo mataron».Allegados expusieron que Gabriel, a quien llamaban «El Chamo», sufría de epilepsia. Su sueño era jugar fútbol.
«Acá se los dábamos gratis. Por su condición era casi un niño, por eso le gustaba andar con menores de edad. Estaba muy feliz, pues por ser un futbolista talentoso le dieron la oportunidad de jugar en la liga, de entrenar en el estadio. La pelea fue porque le ganó una apuesta de un partido al muchacho. ¿Cómo es que un menor carga una navaja?, se preguntaban allegados.
De acuerdo con las autoridades, al joven lo hirió en el pecho un menor, de 15, luego de una discusión. Lo llevaron a Assbasalud de San Cayetano, pero falleció. Al agresor lo aprehendieron en la zona de Fátima, donde vive con una tía.
«Lo que parecía un simple plan de amigos adolescentes, en atracciones mecánicas, terminó trágicamente. Luego de departir, uno comenzó a empujar a su acompañante, a manera de broma, pero el agredido contestó con un puño. Este respondió más fuerte, sacó una navaja y se la clavó en el pecho»
Un amigo colombiano del joven venezolano dijo: «Era un amigo. Le decíamos ‘Chamito’, de cariño. Un bacán, todos los que lo conocíamos nos amañábamos con él. Muy humilde, nos gustaba tomarnos fotos y publicarlas en Facebook. Íbamos mucho a El Cable o al barrio El Nevado a ver entrenar mujeres. Éramos su segunda familia. A la mamá le tocó verlo fallecer en el hospital.
«El Chamo» pertenecía al equipo Enea Fútbol Club, sus miembros exteriorizaron en redes su profunda tristeza: «Pasas a jugar con el mejor equipo, dirigido por Dios. Serás el guardameta de tu escuela, dándonos seguridad debajo del arco de una cancha y en nuestros corazones».