Hoy en Muerde Aquí queremos rendirle un humilde tributo a una grande de la actuación. Rebeca González es y será referencia obligada y emblema de la telenovela venezolana. Dejó de existir físicamente el pasado 29 de octubre, debido a una complicación debido a su delicado estado de salud. Vivió por varios años esperando un trasplante de riñón que nunca llegó
El pasado 29 de octubre, a las 8:40 minutos de la mañana, dejó de existir físicamente un ícono de nuestra televisión, protagonista de exitosas novelas, como Una Muchacha llamada Milagros y Peregrina y El hombre de hierro. Rebeca González vivió muchos años esperando un trasplante de riñón y el vía crusis que sufrió durante más de cuatro años hizo que su salud se fuese deteriorando.
Guerrera, perseverante, siempre luchó y su fortaleza era digna de admirar. En varias oportunidades aquí en La Voz y en diferentes medios hicimos campaña para sufragar gastos y buscar medicamentos que eran de suma importancia para ella.
Tuve el honor y privilegio de conocerla y de saberme querido y admirado por ella, pero esa admiración era recíproca, porque fue una extraordinaria actriz y posteriormente profesora de arte dramático. Su temperamento histriónico era indescriptible, su fuerza interpretativa, su belleza y esa personalidad avasallante, pero a la vez tan noble y abierta siempre al dialogo, al consejo oportuno, a la ayuda a las nuevas generaciones, fue una de sus tantas virtudes.
Rebeca brilló en innumerables novelas, hizo más de 100 obras de teatro, fue bandera de nuestro país fuera de nuestras fronteras y también debido a su hermoso rostro, protagonizó varias campañas publicitarias de importantes productos de la década de los 70 y 80, amén de ser portada de las más importantes revistas del país y Latinoamérica.
Ganadora de los más importantes premios, emblema de nuestra televisión, su legado sigue y seguirá vivo, porque ella es y será referencia obligada cuando se hable de las más importantes y admiradas figuras representativas del género dramático.
Un llamado a la reflexión
Rebeca ya no está entre nosotros, pero ojalá su fallecimiento, debido a una complicación por su estado de salud, nos lleve a la reflexión a todos y nos demos cuenta del valor y la importancia que tiene la donación de órganos.
Con ello podemos salvar a miles y millones de personas en el mundo, es dar vida después de la vida y así debemos verlo y entenderlo.
Rebeca luchó hasta el final; quería vivir y así lo dejó de manifiesto en todas las entrevistas que concedió.
Hoy ya no está físicamente, pero se convierte en símbolo de lucha y de esperanza para quienes como ella liberan una batalla y esperan ser trasplantados.
Que su desaparición de este plano sirva para eso, es mi deseo y quiero que sea el deseo de todos.
No puedo despedirme sin darle las gracias a todas las personas, canales de televisión y artistas extranjeros, como Maluma, por el apoyo que le brindaron a nuestra inolvidable Rebeca.
En nombre de su esposo, de su única hija Suhail, y su nieta, les doy infinitas gracias.
Nosotros los venezolanos, a pesar de todas las adversidades, somos solidarios, somos grandes y bonitos de corazón y hoy debemos unirnos y ser multiplicadores de la importancia de dar vida después de la vida. Es una cuestión de conciencia, de hacer campañas sobre el tema y demostrar lo hermoso y vital que puede ser y significar seguir latiendo a pesar de haber muerto.
Hoy te despido Rebeca, pero en mí y sé que en millones de venezolanos y personas que en el mundo admiraron tu arte, sigues y seguirás viva. Gracias por todo y por tanto. Descansa en paz Peregrina…Inolvidable Milagros. Rebeca González.