La pobreza no solo afecta la vida, también la muerte. En Caracas, darle sepultura a un ser querido cuesta por lo menos 10 ingresos mensuales fijados en 300.000 bolívares por el Poder Ejecutivo desde el 1° de octubre de este año
En un país con una hiperinflación acumulada de 3.326 %, según registro de la Asamblea Nacional; con 48 % de los hogares en pobreza, de acuerdo con Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2018 (Encovi); en el que menos de 20 % de las familias tiene capacidad de comprar lo suficiente para cubrir necesidades básicas y un salario que no llega a 15 dólares, no solo vivir es cuesta arriba: también lo es morir.
En el Cementerio General del Sur, en la parroquia Santa Rosalía, a María Clara Díaz le están pidiendo 300.000 bolívares para reparar las dos tapas de las parcelas en las que están sepultados sus familiares. Fueron destruidas. Necesita cancelar el monto completo que le corresponde por la pensión, pero no puede. Es eso o comer.
Según los trabajadores del camposanto, el mantenimiento y la seguridad de las sepulturas está incluido en el paquete que los familiares pagan al momento del entierro. José Bompart, uno de los obreros, contó que para la Conmemoración de los Fieles Difuntos, cada 2 de noviembre, se hacen jornadas de limpieza especiales, pero el personal y los recursos son insuficientes para las 246 hectáreas.
El mantenimiento, o los 300.000 bolívares que le piden a María Clara Díaz, se vuelve nada cuando se compara con lo que cuesta velar y sepultar a un familiar.
Allí, en esa parroquia del municipio Libertador, una parcela cuesta entre 1.500.000 y 3.000.000 bolívares, dependiendo de la ubicación. Además, el traslado y el velatorio suman entre 2.800.000 y 3.500.000, lo que significa que todo el servicio, si se opta por las opciones menos costosas, equivale a 14 salarios mínimos o 190 dólares (a tasa oficial).
En el Cementerio del Este, si no se tiene una parcela, hay que pagar 19.500.000 bolívares por el espacio; luego, para cavarlo y prepararlo, hay que sumar 5.765.200 y 3.045.000 por la lápida. El velorio va desde 6.617.000 hasta 19.244.400 y el tiempo a escoger es de entre 2 y 24 horas. El servicio funerario completo de menor costo, que incluye la fosa, un ataúd estándar, búsqueda, traslado y preparación del cuerpo y asesoría en trámites legales, sale en 62.332.000 bolívares, lo que significan 200 ingresos mensuales o 2.700 dólares.
Si se decide por la cremación, tiene un costo 5.237.200 bolívares más 7.267.400 del traslado; pero si además se desea incluir unas horas para velar y orar por el difunto, deben cancelarse entre 4.790.800 y 14.169.400. Es decir que para cremar a un familiar se requieren por lo menos 40 salarios mínimos.
María Jesús Vallejo/El Pitazo