En el terminal de pasajeros de San Cristóbal y sus alrededores, es cotidiano ver personas ofreciendo sus servicios de compra y venta de bolívares, pesos y dólares.
Johana, una joven embarazada que se encarga de realizar estos servicios expresó «pues nosotros acá compramos bolívares y los cambiamos a pesos, compramos los pesos y los cambiamos a bolívares. Gano al menos 15.000 y 20.000 pesos diarios, equivalentes a unos 150.000 bolívares».
Amada Villegas quien apenas tiene dos meses en el negocio afirmó «solo me gano medio punto y que más tengo que buscara manera de ayudarme, porque yo soy sola, tengo dos hijos y el papá no les pasa».
Ante la crisis, los venezolanos tienen que ingeniárselas para salir adelante y poder llevar la comida al hogar.
Sin embargo, para las autoridades es considerada una actividad ilegal.