Luego de casi 40 años, la actual Carta Magna será reemplazada próximamente por una nueva, tras un histórico acuerdo transversal de las fuerzas políticas de oficialismo y oposición.
Tras largas horas de reuniones, pasadas las 2 de la mañana se selló el acuerdo político bautizado como «por la paz y una nueva Constitución».
Desde el Palacio Presidencia de La Moneda se monitoreó a la distancia la decisión, que se efectuó en la sede del ex Congreso en Santiago.
Cabe destacar que el trato estuvo a punto de fracasar, principalmente por las intenciones que tenía la UDI de cerrarse a un plebiscito de entrada.
Otras situación compleja se generó cuando el sector más izquierdista de la oposición exigió sí o sí una asamblea constituyente. Tras esa discusión, el Partido Comunista decidió restarse de la reunión.
Después de las 21 horas, el acuerdo se reactivó y hubo señales claras de entendimiento. Fue allí cuando aparecieron alternativas como la asamblea constituyente y un plebiscito de entrada.
Acuerdo que finalmente la UDI decidió dar su brazo a torcer. Fue así como finalmente ambas partes acordaron un plebiscito de entrada, en el cual se consultaran dos opciones: «Asambleas ciudadanas: Convención Constitucional», que en rigor es una asamblea constituyente con el 100% de los delegados elegidos.