Dos de los miembros de La Manada, quienes fueron imputados a 15 años de cárcel en el 2016, fueron condenados a 3 años más de prisión por haber grabado la violación, atentando contra la intimidad de la víctima.
El Tribunal Supremo, que ordenó dictar sentencia sobre ese delito de atentado contra la intimidad, revocó la decisión.
Los dos acusados, Antonio Manuel Guerrero y Alfonso Cabezuelo, grabaron siete vídeos. Además, realizaron dos fotografías de la violación grupal continuada perpetrada por ellos y por los otros tres procesados.