Más de 150 policías resultaron heridos, la mayoría en Bogotá y Cali, y 98 personas fueron detenidas, entre ellas ocho menores de edad durante la jornada que se registró en todo el país
El ministro de la Defensa colombiano informó este viernes 22 de noviembre que tres personas murieron en el suroeste del país en los disturbios que siguieron a la huelga nacional que incluyó una marcha de la que participaron más de 250.000 estudiantes, trabajadores y sindicalistas en rechazo a las medidas económicas del gobierno.
Carlos Holmes Trujillo señaló en rueda de prensa que “en las últimas horas las autoridades han confirmado la muerte de dos personas en la ciudad de Buenaventura en medio de disturbios y una más en Candelaria, ambos municipios del Valle”.
En diferentes partes de Bogotá, obreros y empleados del distrito limpiaban el viernes la céntrica Plaza de Bolívar y sus alrededores y las paredes pintadas. La víspera también se produjeron varios hechos de violencia en la zona de Suba, en el noreste de la capital, donde vándalos destruyeron varias estaciones del transporte público y una estación de policía e incineraron una motocicleta.
En la ciudad de Cali, el gobierno local declaró el toque de queda hasta la madrugada de este viernes debido a problemas de orden público. “Rechazamos enfáticamente y categóricamente los actos de violencia ocurridos luego de las movilizaciones. Nosotros convocamos un paro nacional de un día y los colombianos respondieron a ese llamado”, dijo Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, a The Associated Press.
El director de la policía, general Óscar Atehortua, informó que más de 150 policías resultaron heridos, la mayoría en Bogotá y Cali, y 98 personas fueron detenidas, entre ellas ocho menores de edad. La policía intervino en 622 oportunidades para desbloquear vías y barricadas y 122 civiles resultaron afectados especialmente por gases lacrimógenos.
La noche del jueves sorpresivamente y en diferentes partes de Bogotá ciudadanos de todos los estratos sociales salieron por más de media hora a la calle con ollas y tapas en protesta por las medidas económicas del gobierno del presidente Iván Duque.
María Contreras, una ingeniera de sistemas de 32 años, dijo a AP que “estoy en este momento con las tapas de mis ollas protestando porque estamos cansados de luchar por un mejor bienestar y nos tratan como si fuéramos ignorantes. Y no lo somos”.
Agregó que “hay que seguir el ejemplo de los chilenos, ecuatorianos y bolivianos y si Duque no cambia sus políticas económicas… también lo mandamos a México como sucedió con Evo Morales” en referencia al expresidente boliviano.
No al vandalismo
En una alocución la noche del jueves Duque señaló que “a pesar de los actos de violencia, atribuibles a vándalos que no representan el espíritu de los marchantes colombianos, demostramos que este país puede ejercer las libertades individuales sin vulnerar las libertades de los demás”.
El mandatario enfatizó que los actos violentos ocurridos con posterioridad a la marcha pacífica son vandalismo y no obedecen a una expresión de la voluntad popular “ni serán legitimados por el derecho a la protesta. No permitiremos saqueos y atentados contra la propiedad privada y vamos a aplicarles todo el peso de la ley”.