El bloque prodemócrata arrasó en las elecciones locales de Hong Kong, al lograr 388 del total de 452 concejales de distrito en disputa, un triunfo abrumador que refleja un amplio respaldo social al movimiento detrás de las protestas de los últimos meses en esta ciudad china bajo administración especial.
El bando alineado con Pekín sufrió un fuerte batacazo al quedarse con solo 59 concejales, frente a los casi 300 que tenía, mientras que los independientes lograron 5 escaños en los comicios, con una participación récord del 71,2 %.
«El bando demócrata y sus aliados han ganado. Espero que la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, haya recibido el mismo mensaje, porque esos votos son la voz del pueblo de Hong Kong», aseguró uno de los líderes del Partido Demócrata, el abogado Fed Li, a la prensa.
Según Li, el resultado electoral muestra que el Gobierno debería tomarse en serio las cinco demandas de los manifestantes -que incluyen el sufragio universal o la libertad de los detenidos en las manifestaciones-, y en particular, la investigación independiente sobre la violencia policial en los casi seis meses de protestas.
Lam admitió que el resultado refleja «la decepción de los votantes» y prometió que el Gobierno «escuchará humildemente las opiniones de la gente y reflexionará con seriedad», en un comunicado.
Pero la jefa del Ejecutivo hongkonés, alineada con los partidos pro-chinos, no se pronunció sobre la posibilidad de dimitir, algo que sí se debatió en el DAB, el principal partido pro-establishment, afín a Pekín, que sufrió un «duro revés» en las urnas, según reconoció su presidenta, Starry Lee.
Lee ofreció hoy su renuncia como líder de la formación -que solo logró 21 concejales entre los 181 candidatos que presentó-, pero el comité central la desestimó al considerar que la derrota en los comicios es un «fracaso colectivo».
Sin embargo, aunque la diferencia en cuanto a concejales entre los dos bandos es notable, la distancia se recorta en número de votos: el movimiento prodemocrático recabó 1,67 millones de votos, un 57 %; mientras que los candidatos oficialistas lograron 1,2 millones de apoyos, el 41 %.
Según estos resultados, los prodemócratas controlarán a partir de ahora 17 de los 18 distritos en los que se divide Hong Kong, cuando antes todos estaban dominados por políticos oficialistas.
El puesto de concejal tiene escasa relevancia política, al ceñirse a aspectos de la comunidad, pero estos comicios, concebidos como un plebiscito, tienen un significado trascendental al producirse en medio de las protestas que arrancaron en junio.
Entre los candidatos que han vencido destacan varios líderes que movilizaron las protestas y al menos nueve de ellos sufrieron ataques violentos del bando contrario durante estos meses de tensión social, como Jimmy Sham o Andrew Chin.
Sham es coordinador del Frente Civil de Derechos Humanos (CHRF), que organizó las mayores manifestaciones de la historia de Hong Kong del pasado junio, y fue atacado en dos ocasiones: en agosto, cuando salió ileso tras ser agredido por dos encapuchados con un cuchillo y un bate de béisbol; y en octubre, cuando acabó hospitalizado tras ser brutalmente apaleado con martillos por cuatro hombres.
Tras conocer su triunfo en el distrito Lek Yuen, Sham destacó que las elecciones fueron «un referéndum» que refleja la opinión pública y su resultado es «un triunfo para todo Hong Kong», no para él.
No revalidó su asiento de concejal prochino Junius Ho, el candidato más odiado por los manifestantes, que lo acusan de estar vinculado a mafias locales que lanzaron ataques indiscriminadamente en las estaciones del metro de zonas turísticas para sembrar el caos durante las protestas.
Junius también fue atacado a principios de noviembre por un supuesto simpatizante que se le acercó para hacerse una foto y aprovechó para apuñalarle con un arma blanca.
La holgada mayoría de los demócratas, que ha superado las expectativas, también es importante porque implica que se pueden asegurar una amplia representación en el comité de 1.200 miembros que elegirá en 2020 al próximo jefe del Ejecutivo de Hong Kong, tradicionalmente dominado por los aliados de Pekín.
De los 1.200 miembros de ese comité, con representantes de diferentes sectores sociales, 117 son concejales de distrito, una cuota que estará controlada por los demócratas, que defienden el sufragio universal directo para elegir ese cargo.
Las elecciones se celebraron en un ambiente de calma, sin altercados importantes, lo que se tradujo en una afluencia masiva de votantes a las urnas, casi 3 millones de personas en una ciudad de 7,5 millones de habitantes.
Debido a los episodios violentos de las últimas semanas, por primera vez las urnas estuvieron custodiadas por agentes antidisturbios y más de 30.000 efectivos policiales estaban de servicio.
En total se habían registrado para votar 4,1 millones de personas, casi un millón más que los ciudadanos inscritos para participar en las elecciones locales de 2015, la mayoría nuevos votantes de entre 18 y 20 años.