05En las calles del estado La Guaira han reaparecido las llamadas “perreras” debido a la desaparición progresiva del transporte, a consecuencia de que el pasaje oficial no les permite a los conductores la manutención de las unidades.
Como es del conocimiento público, desde el pasado 27 de noviembre, el monto del pasaje urbano en el estado La Guaira quedó establecido en 1.500 bolívares, lo que representa 50 % respecto al monto anterior de Bs. 1.000.
Aunque en principio, muchos profesionales del volante se mostraron optimistas y salieron a prestar el servicio, la mayoría decidió recoger sus unidades por considerar el monto como insuficiente.
Así lo dio a conocer Sergio Cárdenas, presidente del Bloque Unido de Transportistas de Vargas, quien aseguró que el ajuste no cumplió las expectativas del gremio.
Explicó que no entiende cómo el ajuste del salario mínimo fue de 375 % al pasar de 40 mil a 150 bolívares y a los transportistas solo les incrementaron el 50 %.
“Los transportistas, al comprar un repuesto y notar que aumentó en más del 300 % casi todos guardaron, y hay que ser claros con la población y decir la verdad”.
Cárdenas indicó que, en conversaciones con varios presidentes de líneas, le comunicaron que no les resulta rentable trabajar. Aseguró que el panorama que se avecina no es nada alentador. “Hace tres semanas teníamos en la calle un 20 % del parque automotor del 2015, que nunca se había logrado. Pero ahora están mermando cada día y hasta el viernes íbamos por 14 %. Por eso seguirán guardando dado que no tienen capacidad de compra”.
Precisó que con el nuevo monto del pasaje ni siquiera pueden comprar lubricantes, porque todo está valorado en moneda extranjera que, además, todos los días sube. “En el tronco principal había 98 unidades, pero el viernes ya eran 78. De la Caracas-Litoral disminuyó casi 50 unidades y hay menos de 50 trabajando. Ahora los terminales están abarrotados. Los Jeep de la parte periférica también están guardando”.
“El mismo transportista me dice: ‘yo prefiero no comprar un repuesto y parar la unidad, pero lo menos comprar 15 días de alimentos. Es imposible decirle que no coma”.
Los pasajeros, por su parte, expresaron que están de acuerdo con el ajuste, pero criticaron que persista el mal servicio. Omar Narea, usuario, reconoció que los repuestos están sumamente caros, pero lamentó que no haya un buen servicio de transporte. “Lo que hay es cola y el servicio pésimo que te obliga a pasar horas en la parada. También están cobrando doble pasaje: de aquí (del Hospitalito) a Plaza El Cónsul y de allí hasta Caribe te cobrar otro pasaje”, dijo.
Vanessa García, pasajera, dejó claro que, a pesar de la crisis de transporte, trata de no abordar las perreras. “La gente se desespera y se vuelve como loca y han ocurrido accidentes porque empujándose unos con otros terminan lanzándose al piso. Y para evitar eso prefiero no usarlas”.
Destacó que le ha tocado caminar solo si se presenta alguna novedad, al tiempo que pidió a los transportistas a ser más responsables con su trabajo.