Homicidios y suicidios han ocurrido en el Metro de Caracas. Sus pasillos y espacios han sido testigos de muchas situaciones inexplicables, con presuntos aparecidos, algunas que han dejado huella en quienes las vivieron”.
Las historias de fantasmas en el Metro de Caracas son comunes. La niña abandonada, los espectros del espejo, el hombre sin ojos, la novia suicida, el espíritu poseedor y el acompañante son algunos de los nombres que reciben los espectros, contados en la página web El Mundo del Misterio, reseña el portal Noticias al Día y a la Hora.
Allí se relata el caso de la niña de Capitolio, una de las múltiples apariciones: “En la estación Capitolio un trabajador cuenta que estaba descansando en la oficina, pues la gente que trabajaba en esa estación ya había terminado sus labores y se preparaban para irse a casa. De repente todos empezaron a correr y a gritar de miedo y se dirigieron a la oficina que ya estaba cerrada. Empezaron a golpear y pedir que les abrieran rápidamente. De repente vio a sus ocho compañeros y pensó que estaban robando, por lo que para ayudarlos abrió la puerta. De inmediato todos entraron corriendo desesperadamente. El trabajador salió y no vio nada”.
En lo que caminó unos pasos –continúa la historia– se encontró a una niña en el pasillo. Estaba de espalda, tenía el cabello largo y llevaba un vestido blanco: “Sintió un viento helado que lo intimidó y cuando bajó la mirada se dio cuenta que la niña estaba flotando”.
“El trabajador del Metro de Caracas salió corriendo del miedo a la oficina y se encerró allí con sus compañeros de trabajo”, concluyó.
Los espectros del espejo
La protagonista es una joven que viajaba de Capitolio a Dos Caminos. Era de noche. No pudo olvidar lo que vio en uno de los vagones.
“Cuenta que iba de pie, pues todos los asientos estaban ocupados. Cuando el tren ingresó en uno de los túneles vio por la ventana el reflejo de las personas que tenía a su alrededor. Su mirada se centró en una muchacha que iba sentada escuchando música con los audífonos puestos. A su lado iban dos mujeres, pero una sentada en las piernas de la otra lo que le generó curiosidad”, detalla el relato.
Continúa: “Giró la cabeza para ver a las dos mujeres, pero no estaban. Solo vio a la chica con los audífonos y el asiento a su lado completamente vacío”.
Después de observar esto le invadió la duda y miró de nuevo a la ventana, expone la historia: “Vio de nuevo a las dos mujeres, una sentada sobre las piernas de la otra. Asustada miró a todos lados y vio a las personas, pero nunca a las mujeres”.
“Al echar otro vistazo a la ventana, las mujeres ya no estaban. La joven dijo que el miedo cubrió su cuerpo y siempre recuerda eso cada vez que usa el Metro”, indicó.