El edificio El Parque quedó sin electricidad el 22 de octubre, luego de que una fluctuación generara un cortocircuito en la fase que alimenta a los 106 apartamentos. Mientras la alcaldía ilumina plazas y paseos, los residentes de El Parque buscan solución a la oscuridad
El martes 22 de octubre, los habitantes del edificio El Parque vieron cómo salía humo de los tomacorrientes y las brequeras; minutos después, quedaron a oscuras. Desde marzo de este año, cuando el Sistema Eléctrico Nacional colapsó, en la parroquia El Valle, como en casi todo el país, el servicio funciona con irregularidad. Sobre todo cuando llueve.
Esa tarde, luego de una lluvia, una sobrecarga eléctrica generó un cortocircuito que quemó la fase que alimenta a los 106 apartamentos de El Parque, residencia ubicada en la calle 9 de Los Jardines de El Valle. Desde entonces, 249 familias viven a oscuras. Aunque el ascensor seguía funcionando, después de las 5:00 de la tarde, las entradas, el estacionamiento y los pasillos eran inhabitables.
Mientras, el Gobierno del Distrito Capital instaló la decoración navideña en el Paseo Los Próceres y 700 lámparas nuevas brillan a lo largo de dos kilómetros. Carolina Cestari, jefa de gobierno, aseguró que, al igual que otros 27 puntos de la capital, el monumento fue ambientado para ofrecer a la ciudadanía “espacios dignos para las fiestas decembrinas”.
Pero los residentes de El Parque ni siquiera saben si podrán celebrar la Navidad con música o a la luz de las velas. Sin respuesta de Corpoelec, la comunidad intenta encontrar la solución al problema, pero eso significa recaudar un presupuesto de 5.500 dólares para la reparación del cableado y el tablero de control.
Hilda De La Concha ha sido la encargada de coordinar las rifas y recolectas con las que esperan poder alcanzar la meta. En casi dos meses, técnicos de Corpoelec han hecho inspecciones y generando informes, pero todo queda en promesas. Raúl Medina, director general de la Oficina de Seguridad Integral del Ministerio para la Energía Eléctrica, recibió una carta de los afectados en los que solicitaban apoyo; aunque Medina les aseguró que eso no compete a la estatal, sino a la junta de condominio.
Un poco de luz
Desde hace dos semanas, los pasillos están iluminados porque algunos habitantes de El Parque saben de electricidad y lograron utilizar la fase que alimenta al ascensor para hacer funcionar las lámparas en los 20 pisos. Las viviendas siguen a oscuras, pero agradecen que los espacios compartidos ya no sean lugares para la delincuencia.
Ámbar Aponte contó que llegar luego del atardecer era arriesgarse a ser robado entrando a la residencia. Para ella, la falla no se ha traducido solo en miedo; también en una planificación diaria cuando la hacía semanal. “Así se gasta más porque solo puedes comprar los alimentos que te comerás ese día; máximo en un día y medio para que no se dañe”, dijo. Aunque no ha podido comprobar, Ámbar asume que su nevera está averiada desde el apagón.
María Jesús Vallejo/El Pitazo