Hace un año, los vecinos pusieron la denuncia ante Hidrocapital y la Alcaldía de Caracas por el colapso de las tuberías de aguas blancas y servidas. Todavía están a la espera, mientras las filtraciones socavan las viviendas
Los residentes del sector Las Flores de Puente Hierro han agotado todas las formas de denuncia para que las autoridades les resuelvan por lo menos los botes de aguas servidas y blancas.
Hasta han comprado tubos para las reparaciones, puesto a disposición sus carros para trasladar a los obreros y técnicos de Hidrocapital y nada que ven soluciones.
Varias casas de la segunda con la tercera transversal de Las Flores están agrietadas y tienen hundimientos.
Leonardo Valerino compró un tubo hace un mes en colaboración con otros vecinos. Le costó 70.000 bolívares, además de la arandela.
Y lo que hicieron fue un empate con un alambre y una goma. Por supuesto, la fisura del tubo no se arregló, cuando llueve esto es un caos. Se desbordan las cloacas y a eso se suman los botes de aguas limpias. Estamos cansados de sacar la hediondez y las heces de la casa”, dijo.
No es el único. Eliacini Echenique, pensando que el problema de la red cloacal era al frente de su casa, taladró un pedazo del asfalto para encontrar la obstrucción. Al abrir se dio cuenta de que el daño es mayor y que el trabajo lo debía hacer Hidrocapital.
Hace un año pusieron la denuncia ante esa compañía y todavía están a la espera, mientras las aguas mezcladas socavan las viviendas.
La casa de Eduardo Lara ya tiene un hundimiento severo. El desnivel en el piso no solo se ve, sino que se siente al caminar. En un lateral de la vivienda ya tiene un hueco de casi un metro de largo y medio metro de profundidad. La lluvia se cuela por ese cráter debido a que la tanquilla de las aguas servidas está tapada.
Los vecinos de esta comunidad sufren por los dos lados: por las aguas limpias y por las cloacas, sin que las autoridades presten atención a sus quejas, que han respaldados con innumerables firmas.
Y por si fuera poco, las aceras están agrietándose al igual que la vialidad. Por doquier hay un hueco relleno con palos y ramas para avisar a los conductores.
Al ramillete de calamidades añaden la cantidad de carros desvalijados que yacen en los frentes de las residencias. Los vecinos achacan el problema a los talleres mecánicos que han proliferado en la zona. Aunque Larry José, con más de 20 años trabajando la mecánica en el sector, pide que no lo metan “en el mismo saco” pues ha contribuido con las mejoras y está en contra de los que dejan los carros abandonados. En una cuadra se pueden contar hasta cuatro esqueletos de vehículos que fueron vendidos por partes. La carrocería es aprovechada por los indigentes, que duermen, comen y hacen sus necesidades dentro.
José Caballero, líder comunitario e integrante del consejo comunal Las Flores de Puente Hierro, denunció además que no hay alumbrado público en las transversales y que los faros están prendidos las 24 horas porque los comerciantes pagaron por su instalación. “Y lo que suponemos es que fue a la misma Corpoelec porque, ¿quién tiene esas luminarias?”
Francisco Moya, otro de los líderes, insiste en la participación vecinal para lograr cambios que representen una mejor calidad de vida, aunque eso pase igualmente por el concurso de las autoridades competentes.
De hecho, habló de la renovación de los integrantes de la junta comunal en aras de favorecer los cambios y promover políticas públicas. “Que ya se vienen haciendo, pero lo que queremos es mayor participación vecinal”.
Los habitantes de Las Flores de Puente Hierro, parroquia Santa Rosalía, piden además un operativo fitosanitario. Hay árboles centenarios que por el peso de sus ramales están doblados. Asimismo, sus raíces levantan las aceras y caminerías.
Durante las lluvias de octubre pasado dos árboles se cayeron y causaron severos destrozos en una residencia. Los afectados hicieron la demanda ante la Alcaldía de Caracas. Todavía esperan respuesta.
Mabel Sarmiento/Crónica.Uno