Muy pocos niños se vieron en las plazas del suroeste caraqueño el pasado miércoles 25 de diciembre. El alto costo de los juguetes parece ser la causa de que se esté acabando la tradición de salir a mostrar los juguetes
El pasado miércoles 25 de diciembre se observó a muy pocos niños jugando con sus regalos de Niño Jesús en plazas, bulevares y parques ubicados en sectores populares del suroeste capitalino.
También se observaron grupos de vecinos en esquinas de comunidades como Caricuao, Macarao y Antímano preparando el acostumbrado sancocho para “pasar el ratón” del 24 de diciembre. Los juguetes de los niños que salieron a jugar que más destacaron fueron las pelotas, audífonos y tablas para dibujar.
Aminta Martínez y Carlos Pérez habitan en la UD7 de la parroquia Caricuao. Fueron de los pocos padres que se vieron compartiendo con sus dos hijas en una plaza cerca del colegio público Cuatricentenario. “Ana y Mary querían probar sus pelotas de voleybol. Igual les compramos unos audífonos y los bajaron, andan contentas con sus presentes”, relató Aminta Pérez.
“Acompañarlos es necesario”
“Los 24 y 25 de diciembre son fechas navideñas hechas para los niños. Por eso, en mi familia nos preocupamos por que las pasen bien. Hoy 25 salen contentos a lucir sus regalos. Así estemos cansados, los sacamos a que rueden sus carritos, a que jueguen con su muñeca un rato en el bulevar de Ruíz Pineda”, explicó Glory Pereira, habitante de la comunidad de San Pablito de Caricuao, quien explicó que cada diciembre se le hace más complicado a los vecinos de su barrio poder comprar los presentes para sus hijos. “Hoy salimos pocos, porque a lo mejor van a salir más tarde, pero creo que la situación del país está afectando la tradición navideña”, argumentó.
Antonio Ramos, de la comunidad de Mamera de la parroquia Antímano, dijo que acostumbra todos los 25 de diciembre llevar a sus nietos a la Plaza Bolívar de esta parroquia. “Allí corren hasta cansarse. Mi yerno a veces me acompaña. Este año le compramos una caja de cebollitas y se la pasaron bien en la plaza”.
Ramos acotó que había pocos niños en esta plaza jugando con regalos, pero destacó que lo que más se vio fueron niños jugando con una pelota o fuegos artificiales.
“Más tarde…”
Fernando Castro es taxista. Vive en la UD5 de Caricuao. Comentó que llevó a su hijo de 12 años y dos sobrinos al paseo de Los Próceres. “Querían ver las luces y rodar una patineta nueva que les compré, así como una pelota de futbolito”.
Castro recalcó que este año en el bulevar de Caricuao no se vio tantos niños jugando con sus regalos de Niño Jesús. “Todo está tranquilo. La gente está en su casa, pocos son los comercios que abrieron”.
Por su parte, Carmen de Rattia, habitante de Montalbán de la parroquia La Vega, dijo que sus hijos ya son adolescentes por lo que disfrutaron sus regalos en la computadora o el Play Station. “Con 16 y 17 años ya les interesan los videojuegos, películas, se meten en el cuarto a ver quién gana un juego de esos que están de moda”.
Griselda Acosta/El Pitazo